Con el levantamiento de las restricciones de movilidad física por la pandemia, millones de mexicanos consideran los viajes de ocio como una posibilidad inmediata. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online, AMVO, 9 de cada 10 nacionales –entre las edades de 25 a 34 años– tienen planeado viajar en los próximos meses a destinos de sol y playa, culturales o salidas con paisajes espectaculares, principalmente.
La personalización, al buscar destinos en los portales de comercio electrónico especializados en viajes, ya es utilizada por las principales marcas en este segmento. Dependiendo de la navegación de los usuarios en estos sitios, las herramientas de inteligencia artificial detectan los gustos y preferencias de las personas que exploran las diversas ofertas. Asimismo, ofrecen espacios para recibir de manera inmediata consultas e implementan agresivas campañas de mercadotecnia.
Sin embargo, la personalización en línea aún es un pendiente en la promoción institucional de los destinos que implementan algunas de las entidades federativas de la República Mexicana. En un comparativo entre los portales de promoción de turística de los primeros 15 estados que concentran el 75% de los visitantes a nivel nacional, se detectó que ninguno de éstos contiene herramientas de inteligencia artificial –necesarias para la personalización de los contenidos–, solo dos (Nuevo León y Oaxaca) ofrecen la posibilidad de chatear en línea y tres (Ciudad de México, Nuevo León y Veracruz) son detectados por similarweb, plataforma que mide el tráfico de los usuarios del mundo digital, con 178 mil, 54 mil y 50 mil visitantes mensuales, respectivamente.
El equipo del Área Digital de Napse, comparte los elementos centrales que debe contener la estrategia de cualquier organización que busque promover un bien o servicio –como un destino turístico– en línea:
- Diseñar e implementar una estrategia de SEO para elevar la relevancia del sitio web.
- Compilar de forma orgánica una base de datos de gente interesada en una ciudad o un estado para distribuir contenidos de manera regular o convocar a foros de interés.
- Definir los indicadores clave de desempeño para medirlos y revisar su progreso.
- Crear contenido de valor y adaptarlo a los distintos canales (la página web, el blog de ésta, las redes sociales, campañas de emailing). Nunca antes, la máxima, el contenido es el rey, se ha vuelto más cierta. Los usuarios responden positivamente a la relevancia y originalidad.
- Implementar una campaña continua que distribuya los contenidos creados entre las personas interesadas para mantener una presencia continua ante éstas e invitarles a que tomen una acción.
- Presupuestar una pauta publicitaria para expandir el alcance de las campañas y ampliar la base del público al que se desea impactar.
- Utilizar efectivamente las redes sociales. Éstas son un elemento periférico para llevar tráfico a los websites de las instituciones y no la estrategia central. De esta forma, los sitios se vuelven relevantes para los distintos buscadores y ganan preeminencia en el mundo digital.
- Personalizar la experiencia de acceso al sitio web con herramientas de inteligencia artificial para mostrar al usuario lo que está buscando y/o con un chat que sea atendido por una persona real.
- Armar reportes y revisarlos continuamente.