Cuando la naturaleza se desborda para protagonizar las vacaciones, no hay más remedio que rendirse, gozar sus beneficios veraniegos y tomar selfies
Charlevoix… un paisaje de lujo
La aventura es parte de la historia de la región de Charlevoix que se expande 6 mil km2 para invitarnos a vivir paisajes y riquezas como la roca más antigua del mundo, a esta postal se suma la fuerza del río San Lorenzo.
El paisaje es el verdadero lujo. Su exclusividad consiste en tener conversaciones de tú a tú con la naturaleza, al practicar deportes de tierra y agua que nos revelan secretos de esta zona, como las montañas Laurentinas y la costa. Charlevoix no es únicamente para la contemplación, es un destino ideal para descansar, sí, pero también para vivir la acción.
En el verano hay que disfrutar el sol y qué mejor que caminar sus montañas o recorrerlas en bicicleta o practicar el canoying en sus ríos tal como lo hicieran las primeras naciones y los conquistadores. O pescar o cazar responsablemente para apoyar la conservación de determinadas especies. En Charlevoix se puede combinar la acción con la gastronomía, es posible hacer agroturismo (esta es la región del maple), así como disfrutar de la oferta culinaria local de alta calidad o simplemente estar y descansar en poblados encantadores rodeados de naturaleza, ideales para escapadas amorosas en pareja o en familia.
El romanticismo anda en bici por la Isle-aux-Coudres, excursiona en el Parc National Hautes-Gorges-de-la-Rivière Malbaie, Baie-des-Rochers y también se degusta en su miel, panes y sidra de manzana casera, sobre todo, está en el paisaje que puedes experimentar en auto o en tren.
Postales marítimas en Quebec
El verano llega y la naturaleza quebequense explota. Los verdes se encienden y se combinan en distintas tonalidades cubriendo sus montañas y campos. El azul-verdoso del río San Lorenzo se intensifica. Además, gente despilfarra de energía en las calles, festivales… en esta región, y con temperaturas cálidas, hay mucho por hacer, y parte de ese hacer es simplemente “estar”. Porque en Quebec, está dicho la contemplación es una aventura y hasta un deporte.
Una de las mejores formas de practicarla es gozar los paisajes durante la navegación. ¡Qué mejor que experimentar desde un crucero al paisaje en movimiento!
Viajar en barco es el mejor pretexto para avistar la naturaleza marina y fotografiar el verano. Una travesía en crucero es una de esas actividades que se tiene que experimentar por lo menos una vez en la vida; por fortuna, hay diversas rutas. Descubre la Château Frontenac, observa a las ballenas disfrutar al igual que tú de las buenas temperaturas, o sonríe al ver los juegos artificiales en Quebec o en Montreal mientras cenas abordo o desentraña la Grosse-Île desde la popa de un crucero y con el viento a tu favor.
Este verano es ideal para exponer que al igual que Quebec, los viajeros somos muy fotogénicos.