Mundo Joven recomienda visitar Chihuahua en octubre, sobre todo para las personas que buscan experiencias paranormales, ya que este estado es famoso por sus leyendas de brujas en el poblado de Naica. También es considerado uno de los puntos de la República Mexicana favoritos de los viajeros temerarios, ya que cuenta con atracciones que elevarán la adrenalina de los visitantes al cruzar el puente colgante en las Barrancas del cobre.
Conocida como la capital mundial de las brujas, Naica es un pequeño poblado de Chihuahua, situado en el municipio de Saucillo y dedicado a la minería desde el siglo XVIII. Aparte de su destacada producción de plomo y de su famosa Cueva de los cristales de selenita.
A partir de las 10:30pm, Naica se transforma abruptamente en un pueblo fantasma, todos deben de estar dentro de sus casas, la iglesia hace sonar las campanas como aviso para que nadie se quede en la calle, es impresionante ver el temor y la urgencia de las personas por no quedarse en la calle, pero… ¿cuál es el motivo por el que las personas desesperadamente corren a sus casas? en la noche se ven salir de las minas, unas bolas de fuego, mejor conocidas por los habitantes como las brujas.
Cada año el 31 de octubre, la gente se va del pueblo y pasa todo el día en comunidades aledañas, ya que este día es el único donde se reportan desapariciones, sobretodo de niñas y se cree que son llevadas por las brujas para convertirlas en sus próximas generaciones. Naica, un destino lleno de misterio ideal para los viajeros en busca de un destino terrorífico a considerar para pasar un Halloween diferente.
Si Chihuahua está en tus destinos para viajar, pero buscas una opción menos terrorífica, Mundo Joven recomienda para octubre el tour Barrancas del cobre, el cual también eleva la adrenalina, la agenda incluye: visita al museo de Pancho Villa, al Palacio de Gobierno y sus murales descriptivos de la historia del estado, ir a la Catedral, conocer Acueducto Colonial, visita al Parque Aventura Barrancas del Cobre en dónde se pueden realizar caminatas libres a los distintos miradores o cruzar el puente colgante hacia el pequeño cañón, tomar el paseo en el teleférico y aventarse de las tirolesas o simplemente, aprovechar el tiempo para consumir de la artesanía Tarahumara.