El pasado domingo 29 de junio, el Boeing 747-8 número catorce de Lufthansa aterrizó conforme a lo planeado en Frankfurt. No se trataba únicamente del Jumbo número 76 que Lufthansa recibía del fabricante estadounidense Boeing en Seattle desde los años ’70; la aeronave también representaba un verdadero hito en la historia de la aviación al ser el Jumbo número 1,500 construido en el mundo. Este avión lleva las siglas D-ABYP (“yankee papa”) en su cola.
“Para Lufthansa es un honor que el Jumbo de aniversario lleve los colores de la grulla de Lufthansa”, dijo Nico Buchholz, Jefe de Manejo de la Flota del Grupo de Deutsche Lufthansa AG. “Durante décadas, Lufthansa ha sido uno de los asesores más cercanos del fabricante de aviones, un pionero al tratarse de desarrollar aeronaves nuevas, amigables con el medio ambiente y eficientes en cuanto a consumo de combustible”, agregó Buchholz durante la entrega en Seattle.
Lufthansa espera recibir un total de 19 aviones de este tipo y será, como consecuencia, el mayor operador del mundo de 747-8 de entre las aerolíneas de pasajeros. El “raya 8”, como también se le conoce, tiene mucho que ofrecer. Al operar este último Jumbo, Lufthansa estará dando un paso más hacia la “flota de los tres litros” (por pasajero por cada 100 kilómetros). El avión es un 15% más eficiente en cuanto a consumo de combustible que el modelo anterior y, como resultado, las emisiones de CO2 son alrededor de 15% más bajas. El ruido emitido por el B747-8 es 30% inferior en comparación con el antiguo Boeing 747-400.
Lo que comenzara como el primer vuelo de entrenamiento con el nuevo Boeing 747 sobre las montañas al este de Seattle en octubre de 1969, se transformó en un ícono de la flota de Lufthansa y, en realidad, de la aviación comercial en general. En marzo de 1970, Herbert Culmann, en aquel entonces CEO de Lufthansa, recibió el primer Boeing 747-130 de Lufthansa al frente de la fábrica en Everett. El número de serie del avión era el 12, y su registro en Lufthansa fue D-ABYA.
Así, Lufthansa fue la segunda aerolínea internacional después de PanAm, y el primer transportista europeo, en utilizar el Jumbo en sus servicios regulares. Posteriormente, la aeronave albergaría varias primicias mundiales en sucesión, incluido la primera película a bordo de un Jumbo jet. Sólo veinte meses después del vuelo inaugural del Boeing 747-130, el cuarto Jumbo de Lufthansa despegó como modelo modificado el día 2 de abril de 1971. Boeing había equipado el 747-200 con estanques de combustible más grandes, lo que le daba un mayor peso al despegue: 378 toneladas. Ello permitía a la aeronave tener un mayor alcance.
Originalmente ideada como una aeronave militar, la carrera del Jumbo no se limitó a transportar pasajeros. El 10 de abril de 1972, Lufthansa recibió el primer Boeing “sonriente” del mundo, como cliente de lanzamiento de la versión de carga, el Boeing 747-230F. La nariz del avión se podía abrir horizontalmente, haciendo posible cargar incluso bultos de grandes dimensiones sin problema alguno.
El primer Jumbo de carga con el registro D-ABYE despegó el 19 de abril de 1972. Ello rápidamente catapultó a Lufthansa al primer lugar en cuanto a transporte de carga aérea.
“Un paso hacia los años ’90”, así describió el CEO de Lufthansa de entonces, Heinz Ruhnau, el acuerdo de compra por una orden inicial de seis aeronaves Boeing mejoradas, firmado el 23 de junio de 1986. Lufthansa ya había estado involucrada en la planificación del Boeing 747-100. Sin embargo, como la primera aerolínea en solicitar el “raya 400” (Boeing 747-400), ahora interpretaba un rol clave en el desarrollo de la nueva aeronave, entregando cientos de sugerencias para mejoras y aportando más de 20.000 horas de ingeniería.
Con esta aeronave se hizo realidad la cabina de mandos moderna, digitalizada, de dos hombres, en cuyo desarrollo habían trabajado Jürgen Weber, el hombre responsable del desarrollo de aeronaves en Lufthansa Technik en Hamburgo en aquel tiempo, y posterior Presidente del Directorio y CEO de Lufthansa AG, y Reinhard Abraham, antiguamente Oficial Técnico Jefe del Grupo Lufthansa.
Las puntas de las alas dobladas hacia arriba, motores nuevos y más económicos, materiales innovadores como los compuestos y aleaciones de aluminio, todo esto ayudó a reducir el consumo de combustible en 24% en comparación con la serie 200. El 23 de mayo de 1989, Lufthansa recibió el primer súper Jumbo mejorado con el registro D-ABVA. La aeronave podía cubrir casi 13 mil kilómetros en 16 horas, y así llegar a casi cualquier destino en el mundo.
Con el inicio del nuevo milenio se impulsó la idea de desarrollar una versión mejorada del Boeing 747-400. De este modo, el Jumbo no solo se agrandó en 18 pies y 4,5 pulgadas (5,6 metros), sino que se volvió a desarrollar totalmente, incluido un nuevo diseño de las alas y nuevos motores. El 2 de mayo de 2012, Lufthansa se transformó en la primera aerolínea de pasajeros del mundo en recibir un Boeing 747-8.
De México a Frankfurt siete días a la semana, y de México a Múnich cinco.
Lufthansa vuela entre Frankfurt y la ciudad de México siete veces por semana con los vuelos LH498/499, con el Boeing 747-8i, el famoso Jumbo, con capacidad para 386 pasajeros (8 enPrimera, 80 en Ejecutiva y 298 en Económica). A partir del 4 de abril de 2014 se sumó la frecuencia entre Múnich y la ciudad de México cinco veces por semana, con los vuelos LH520/521, que operará con un Airbus A340-600 con capacidad para 326 pasajeros (8 enPrimera, 48 en Ejecutiva y 270 en Económica).
Para mayor comodidad de los viajeros, los vuelos cuentan con tripulantes de habla hispana, una selección de revistas y diarios locales, un canal de música latinoamericana en el sistema de audio, además de una selección de películas de estreno en español. Al llegar a Frankfurt o a Múnich (Terminal 2), los pasajeros que lo necesitan reciben asistencia en español a través de agentes especialmente entrenados, quienes amablemente les auxilian para sus vuelos de conexión o cualquier otro servicio en el aeropuerto.