Una de las tradiciones guerrerenses más representativas durante la festividad del Día de Muertos es la danza de los Diablos del Cerro de las Tablas, oriunda de la Costa Chica guerrerense, la cual es presentada por sus danzantes tradicionales con ensambles contemporáneos en un trabajo artístico especial dirigido por la Secretaría de Cultura de Guerrero en el Centro Pompidou en París, Francia.
La presentación de Los Diablos en Centro Pompidou forma parte de las actividades ofertadas por el Estado de Guerrero en el Centre George Pompidou en el marco de la exposición infantil Frida et moi (Frida y yo), inaugurada desde hace dos semana en el mismo museo francés.
Ambos montajes fueron visitados por el Embajador de México en Francia, Agustín García-López Loaeza, quien fue recibido por la Directora de Galerías y Arte de la Secretaria de Cultura de Guerrero, Jeanette Rojas Dib y el representante de la misma dependencia, Arturo Martínez Núñez.
Este 1 y 2 de noviembre con dos funciones en la Petite Salle del Centro Pompidou, los Diablos se presentaron con un gran éxito al desarrollar una pieza que oferta ante los espectadores una tradición ancestral guerrerense con elementos contemporáneos. Un lenguaje teatral y el registro fotográfico y documental realizado en el Cerro de las Tablas incluyen la fiesta a Santiaguito Apostol. Animación, música original y levantamiento sonoro son piezas realizadas por artistas guerrerenses en Acapulco y el Cerro de las Tablas.
Una tradición ancestral en lenguaje contemporáneo
Los diablos de la Costa Chica llegan a Paris porque en su tradición mantiene una ejecución, visualizamos rasgos escénicos y teatrales; el uso de la máscara, la improvisación en décimas, la coreografía, la preparación y ensayo para la presentación y la relación con el público, son acciones que obedecen a características y perfiles oriundos de la Costa Chica y de la comunidad afromexicana que hablan de un lenguaje y una costumbre teatral identitaria para Guerrero.
Cada función tuvo un lleno total, que ovacionó a los danzantes que expresaron su propia historia, rememorando el África, donde un grupo de negros trata de esquivar su captura convirtiéndose en caballos, los suben a un barco hacia América y al naufragar en las Costas de México, nace la Danza tradicional de Diablos.
Con el paso del tiempo los negros hibridan y nacen los afromexicanos algunos gustan de bailar la danza, otros se hacen tonos desde niños. En un partido de futbol se muestra el imaginario afromexicoguerrerense. Al final enfrentan a una bestia y los diablos realizan la ofrenda de día de muertos como lo hacen cada año.
Montaje
El proceso formativo para este ensamble contemporáneo desde sus raíces originales de Los Diablos de Cerro de las Tablas constó de tres residencias en Acapulco: el primero llamado Mapas, traducciones y movimientos con el coreógrafo Martín Lanz, originario del Distrito Federal; el segundo con el Rito sin tradición, impartido por el colectivo La fura dels Baus (Cataluña) y el tercero con el bailarín y coreógrafo francés Cedric Andrieux.