Como un claro ejemplo de la voluntad de Suiza por conciliar la dinámica económica y la protección de los recursos naturales, se inauguro una obra maestra de la infraestructura y la ingeniería helvética: el túnel de base de San Gotardo. Con sus 57.1 kilómetros, es hoy el túnel ferroviario más largo del mundo.
La construcción del túnel costó alrededor de 12,500 millones de dólares y une el sur (Bodio, Cantón del Tesino) con el norte (Erstfeld, Cantón de Uri) de Suiza. Este túnel es parte de la Nueva Línea Ferroviaria a través de los Alpes (NLFA), el proyecto de construcción más grande emprendido por Suiza que comprende tres túneles, el túnel de base de Lötschberg (2007), el de San Gotardo (2016) y el de Ceneri (2020). Suiza invertirá un total de 23,500 millones de francos suizos en la NLFA (equivalente a 23,500 millones de dólares con el cambio de moneda actual), lo que equivale a cerca del 3.5% del producto interno bruto (PIB) del país.
El túnel de base de San Gotardo, además de ser el más largo del mundo es también el más profundo, con una cubierta de roca que alcanza hasta 2,300 metros. Mientras 180 trenes de carga cruzan cada día el antiguo túnel de San Gotardo, esta cifra se elevará a 250, añadiendo 65 trenes de pasajeros. Con la inauguración de esta mega obra, los trenes de pasajeros que lo cruzarán mantendrán una velocidad media de 200 km/h y los trenes de carga viajarán a 100 km/h.
El túnel de base de San Gotardo es una proeza de la ingeniería contemporánea y es a su vez un símbolo de los valores helvéticos, como son la innovación, la precisión y la confiabilidad. La utilización de procedimientos de medición confiables y extremadamente precisos para la obra garantizó una implantación milimétrica orgullo de la ingeniería e infraestructura suiza. La unión principal de las dos secciones del túnel de San Gotardo se realizó el 15 de octubre de 2010, a unos 30 km del portal Sur y a 27 km del portal Norte. Se efectuó con una precisión extrema: la diferencia fue de apenas 8 cm en el plano horizontal y 1 cm en el vertical, constituyendo una de las perforaciones de mayor precisión en la historia de la construcción de túneles.
Las medidas tomadas para el desarrollo de la línea de base del San Gotardo se encuentran totalmente apegadas a la protección del universo alpino. La construcción se llevó a cabo con el mayor respeto por el medio ambiente, desde la fase de planificación y durante la etapa final de construcción, logrando mitigar el impacto negativo sobre el hombre, la fauna, el aire y el agua.
La explotación comercial del túnel comenzará el 11 de diciembre de 2016. Solamente en la parte ubicada entre el sur de Alemania y el norte de Italia, más de 20 millones de personas se verán beneficiadas por el túnel de base de San Gotardo. Con esta obra, Suiza realiza un aporte considerable a la política europea de transporte y ayuda al acercamiento de Europa. Además, Europa y particularmente Suiza, país con la red ferroviaria más densa del mundo a pesar de su geografía montañosa, siguen invirtiendo en medios de transporte más ecológicos. Contribuyen así al desarrollo sostenible y limitan el cambio climático y la contaminación del aire.