Durante este año se multiplicaron las amenazas de ciberseguridad, no solo en número, sino también en creatividad y espacios en los que se concretaron y actualmente consumidores y grandes corporaciones están expuestos a ataques.
En este sentido, vale la pena preguntarse cuáles serán los sectores que estarán más expuestos al accionar de los ciberdelincuentes y cuáles serán los modos en los que se concretarán los ataques. Future Insights 2022 es un reporte elaborado por la empresa Forcepoint, donde se presentan las proyecciones de lo que nos deparará el futuro en los diversos sectores de la sociedad, teniendo siempre en cuenta el rol que tendrá la ciberseguridad.
La seguridad de las áreas de seguridad
Una de las señales de alerta que destacan desde Forcepoint es que los ataques cibernéticos puedan convertirse en un elemento básico de los arsenales militares a partir de 2022. Las herramientas, las técnicas y los procedimientos utilizados en los ataques de ransomware están perfectamente estructurados para lograr convertirse en parte central de estos ciber armisticios, dado que tienen bajo costo y bajo riesgo.
Un detalle sumamente importante es que, al igual que en las ofensivas con armas de fuego, estos ataques también afectan significativamente a las poblaciones, dejándolas vulnerables al privarlas de servicios básicos como electricidad, comida, agua, entre otras cosas.
Ciudades inteligentes
Las ciudades inteligentes serán cada vez más frecuentes, pero también significarán más espacios que pueden ser atacados. A medida que más aspectos de una ciudad tradicional estén conectados a Internet, como el transporte, la iluminación y la gestión de recursos, más riesgo corre esa metrópolis de sufrir un ataque cibernético. Es que la conectividad genera conveniencia para los consumidores de servicios, pero también para los atacantes. Y si bien, existe cada vez más conciencia respecto de esta tendencia, se ha hecho poco por detenerla.
El código abierto requiere la vigilancia de todos
Los proyectos de código abierto siguen creciendo exponencialmente. Es cierto que la seguridad del software de código abierto mejoró drásticamente en la última década, sin embargo, también los ataques a esta cadena de suministro están aumentando a una velocidad alarmante.
Sonatype estimó que en 2021 ocurrieron 12.000 ataques a proyectos de código abierto, lo que representa un incremento del 650% de un año al siguiente. Por lo tanto, es imperativo que tanto en el sector público como en el privado prioricen la seguridad en sus proyectos de código abierto. Un arma clave en la lucha contra las actualizaciones de software maliciosas es abordar la deuda técnica, es decir, la brecha entre lo que se invierte en seguridad y lo que realmente se necesitaría.
El factor humano
En 2022 el trabajo híbrido incrementará, ello obligará a las empresas y colaboradores a delinear nuevas reglas respecto a la ciberseguridad corporativa y personal. Por eso, es necesario apuntar a definir comportamientos deseables para los colaboradores y las tecnologías que utilizan en su día a día laboral, estableciendo cuidadosamente límites y conjuntos de reglas mediante políticas y directrices.
Sin los límites, resulta difícil determinar si un comportamiento inusual o inesperado representa una amenaza a los sistemas o si es completamente normal. Por ejemplo, a las personas que trabajan desde sus casas les resulta casi imposible separar su vida personal de la profesional y pueden acceder a sitios sospechosos sin intenciones maliciosas. Las organizaciones enfocadas en crear arquitecturas de seguridad resilientes entienden que deben comprender y proteger sus activos, así como entender a sus empleados.
Agtech, posibilita y pone en riesgo
En los últimos años el sector agropecuario ha buscado eliminar gastos de mano de obra mediante la automatización, por ende, los productores de alimentos y agricultores indirectamente han cimentado sus empresas en un sistema cada vez más frágil. Y si los últimos años nos han enseñado algo, es que la cadena de suministro es delicada. Estas son muy malas noticias para una industria que enfrenta un punto de presión único con el ransomware: si los sistemas no funcionan, el suministro de alimentos para la mayor parte de la población se paraliza.
Además, es preciso pensar que los hackers pueden aprovecharse de esta automatización para buscar dañar una población en específico o un Estado en un conflicto bélico. También se puede atacar a estos sistemas buscan llamar la atención sobre el consumo de determinado alimento que consideran perjudicial para la salud o el medio ambiente, por ejemplo.
El cambio a la prevención 100 %
Los datos son el sistema nervioso central de una organización. Por eso, al hablar de ciberseguridad las empresas deben reconsiderar el perímetro a proteger, porque éste ahora está en dónde se utilicen los datos, sin importar el lugar físico en el que el colaborador se encuentre.
Las herramientas de análisis son sumamente útiles para ayudar a identificar posibles riesgos, pero todavía es como encontrar una aguja en un pajar. Por este motivo la prevención 100 % se convertirá en la norma a medida que las organizaciones acepten plenamente los principios de Zero Trust (Cero Confianza), en la que los equipos cibernéticos supondrán que todo es malo, limpiarán todo y garantizarán el acceso con menor privilegio.