Por Andrés Madero, Director de Arquitectura de Proveedor de Servicios y Desarrollo Empresarial para América Latina
No es sorprendente que Internet esté creciendo a un ritmo cada vez más rápido. No solo aumentan constantemente su número de usuarios y la demanda de ancho de banda debido a la transmisión de video, sino también la cantidad de dispositivos conectados.
Con la llegada de tecnologías como la Internet de las cosas (Internet of Things, IoT), la cantidad de dispositivos conectados simultáneamente a la red aumentará quizás a la misma velocidad o incluso más rápido que lo visto en las primeras etapas de la era del dispositivo móvil. Si bien la IoT traerá un mundo de posibilidades, también supondrá un importante desafío tecnológico para el diseño de redes que permiten flujos de datos 5G y a alta velocidad.
¿Cómo afecta el IoT a las redes?
Para empezar, los tipos de datos que se transportan y descargan han cambiado drásticamente desde los primeros días de Internet, cuando las redes se diseñaron para pequeñas ráfagas de tráfico. Históricamente, en América Latina los proveedores de servicios (SP) diseñaron redes para transportar tráfico de multidifusión utilizando técnicas como IP Multicast.
Ahora, la transmisión de videos en línea consume más ancho de banda que cualquier otro servicio de datos a nivel mundial. Cuando la transmisión de video esté ampliamente disponible en América Latina, se espera que cambie el patrón de tráfico en las redes. Las técnicas utilizadas para transmitir tráfico de multidifusión son ineficientes en este contexto, debido a la necesidad de múltiples transmisiones simultáneas. Para mejorar el rendimiento de la distribución de contenido, muchos SP optan por utilizar un flujo de datos dedicado, o unidifusión, para la transmisión de video, pero esto consume mucho más ancho de banda.
La movilidad es otro factor importante que los SP deben tener en cuenta al diseñar las redes de próxima generación. Dado que los usuarios pueden acceder al contenido desde cualquier ubicación geográfica, el origen del uso del ancho de banda puede ser muy impredecible. El ancho de banda ya no es un recurso fijo, sino que es dinámico y debe adaptarse al flujo de tráfico mientras los usuarios acceden a la red desde diferentes ubicaciones. Este efecto se amplifica con la expansión agresiva de tecnologías como IoT y “máquina a máquina”, en las cuales las redes necesitan soportar un drástico aumento en número y tipos de dispositivos móviles y conectados.
Este nuevo comportamiento de tráfico obliga a los SP a estudiar nuevas formas de diseñar sus redes de distribución de contenido. Los usuarios esperan acceder a todos los servicios en la red desde cualquier ubicación geográfica con la misma calidad de experiencia. Por esta razón, los arquitectos de redes han empezado a tener en cuenta la construcción de redes homogéneas que permitan la interacción de múltiples servicios desde cualquier punto de acceso en la red. Este enfoque homogéneo permite a los SP ahorrar en gastos de operación y aumentar el número de sitios móviles, agregando así eficiencia a las construcciones de red y preparándose para las próximas implementaciones de 5G.
Desde hace poco, muchos SP latinoamericanos están empezando a capitalizar la inversión en sus implementaciones de red de 1 Gigabit Ethernet (GbE). Sin embargo, el entorno actual indica que existe la necesidad de planificar una capacidad de puerto superior a 10 GbE o incluso a 100 GbE en el extremo de la red. Los SP de América Latina no solo tienen el desafío de la necesidad de aumentar drásticamente el ancho de banda, sino que también deben adoptar diseños de red homogéneos que puedan adaptarse a las tecnologías emergentes y ofrecer una gama de servicios en toda la región. Deben poder hacerlo de manera que se aproveche al máximo el precio decreciente por puerto. Por estas y por otras razones, se necesita un nuevo enfoque para que los SP de América Latina aumenten drásticamente sus redes ópticas al tiempo que simplifican las operaciones de red y aceleran la innovación del servicio.
La integración fotónica proporciona ese enfoque e incluso ofrece la posibilidad de un punto de inflexión disruptivo en el mercado de América Latina. Los circuitos integrados fotónicos de gran envergadura combinan cientos de componentes ópticos en un pequeño y único chip, y permiten la escalabilidad necesaria para satisfacer a los drásticos aumentos en la demanda de ancho de banda de forma sencilla y eficaz. Estos chips integran cientos de funciones ópticas, proporcionando una tecnología disruptiva que reduce considerablemente el tamaño del equipo y su consumo de energía.
En un entorno competitivo como el mercado de América Latina, muchos esperan que el futuro de los equipos de transmisión de redes ópticas dependa únicamente de la integración fotónica para poder alcanzar el tamaño y el consumo de energía necesarios para respaldar sectores exigentes como el móvil, los centros de datos y el comercio mayorista.