Cada segundo que pasa, las personas y organizaciones generan miles de datos por segundo que por sí mismos no aportan ningún valor hasta el momento en que se recolectan, analizan y se les da una utilidad, entonces sí, son oro puro.
Sin embargo, en ocasiones las empresas no están conscientes de la cantidad de información que poseen, que refleja patrones y que pueden utilizar a su favor, ya sea a partir de sistemas de gestión, redes sociales, servicio de atención a clientes e, incluso, de imágenes, audios o videos que pueden traducirse en datos con ayuda de herramientas.
“Hay que pensar en los datos como activos de información y como un bien económico que adquieren valor a partir de sus usos potenciales. Esto, generalmente, ocurre cuando se conectan datos de distintas fuentes, algunas que incluso pueden ser externas a la organización”, explica Pablo Roccatagliata, coordinador académico de Data Science, en Digital House, la organización educativa que desarrolla las habilidades digitales de todas las personas.
Las fuentes de datos estructuradas permiten a las empresas eficientar sus procesos y reducir costos, pero también sirven para generar beneficios en términos de algún tipo de transacción, como en el caso de las cadenas de supermercado que cuentan con membresías o programas de fidelidad.
Actualmente, algunos retailers negocian mejores precios y condiciones con sus proveedores a cambio de darles información crítica del comportamiento de sus productos en sus pisos de venta y plataformas digitales.
“En origen, esta estrategia servía para conocer mejor el comportamiento de los clientes y tomar decisiones sobre qué otros productos ofrecerles, de qué forma y en qué momento, insights que ahora también son usados para negociar mejores precios con los proveedores, a cambio de información analítica completa y confiable sobre quiénes son sus clientes finales”, agrega el especialista.
A mediados de este año, United Airlines comprobó el valor de la información, luego de solicitar un préstamo y ofrecer en garantía su programa de viajero frecuente, que cuenta con más de 100 millones de miembros y fue valuado en 20 mil millones de dólares.
Con estos ejemplos queda demostrado que en la era digital los datos son la nueva moneda de cambio, aunque esto no significa que la rentabilidad se reduzca a vender data sets, por lo que otro elemento clave consiste en hacer predicciones en función de los hábitos de las personas.
“Esto se observa claramente en las instituciones financieras para decidir si se otorga o no un crédito basados en las probabilidades de que el individuo pague; al igual que en los reclamos de compras no reconocidas con tarjetas de crédito, donde se analiza sobre si dejar pasar o no la transacción, en función del riesgo de que sea fraude”, asegura Pablo Roccatagliata.
La monetización de los datos es un área relativamente nueva que requiere de inversión en tecnología y, principalmente, en personal capacitado para crear una infraestructura capaz de recolectar, almacenar, procesar y visualizar los datos de la organización para ofrecer soluciones y detectar nuevas oportunidades de negocio.
“Los especialistas en data analytics y ciencia de datos son personas que comprenden el contexto de los problemas, saben cómo prototipar una solución y entienden cómo ponerla en marcha”, finaliza el experto.