La firma de la diseñadora cumple 35 años en el mercado y no por eso se ha quedado atrasada en el tiempo. “Tuvimos 900 mil visitantes en dos años, qué no está mal, creo”, dijo Carolina madre con orgullo, respecto a la cuenta de Instagram @HouseOfHerrera. Pero insiste en que, aún en la época de los medios digitales nunca hay que mostrarlo todo. “La clave siempre es el misterio…En todo lo que haces es fundamental. Y en la ropa también. Algunas niñas piensan que la palabra elegancia está pasada de moda. Yo creo que no importa cuánto cambie el mundo, es eso y no toda la piel que ellas muestren lo que las va a hacer diferentes y atractivas” agregó.
Sobre las nuevas tendencias y los cambios de la industria por la era digital Carolina comentó: “Estamos abiertos a todo, siempre y cuando se mantenga la fantasía, y sólo si se puede recrear el misterio”. Eso significa experimentar en el taller con géneros esponjosos de última generación y motivos florales en tres dimensiones, así como en el mundo digital mostrando los desfiles en vivo desde su sitio web con visiones 360 grados y aumentando su presencia en redes sociales como Instagram.
Su hija Patricia, quien está en el equipo de diseño y es la encargada de proyectos especiales tiene un pedigrí local (de Nueva York) impecable. Fue a Spence, uno de los colegios más emblemáticos del Upper East Side, siguió sus estudios en la univerdad de la Ivy League, Brown y se casó con Gerrit Livingston Lansing Jr, a quién el New York Post llamó “el banquero más sexy de Nueva York” y subrayó que este matrimonio había sumergido “a buena parte de las solteras del Upper East Side en un pozo depresivo”.
Carolina Herrera de Báez lleva más de veinte años está involucrada en el área de perfumes, y actualmente es su directora creativa. Su matrimonio con el ex torero y actual inversor inmobiliario Miguel “El Litri” Báez, está bien documento por la prensa de corazón de habla hispana. Tiene tres niños y aunque vive en Madrid comentó: “Me siento cien por ciento venezolana. Es el pasaporte que no entregaría jamás. Pero la realidad, en que donde quiera que viaje, me siento inmediatamente en casa…Y también me gusta el traslado. Uno de mis pasatiempos favoritos es conducir. Si pienso en mi vida, la podría ver filmada como un road movie perfectamente. Con paradas interesantes”. Una de las más importantes, naturalmente será México. “No tomo vino, pero soy muy tequilera y mezcalera…Paso mucho tiempo en México y tengo muchas amigas. Mi íntima, en cuya casa se gestionó el documental que me llevo a España, es mexicana” agregó.
Ni Carolina Herrera ni Carolina Herrera de Báez creen en los ídolos: “No creo en los íconos. Es peligroso poner a la gente en un pedestal. Sí puedo decirte que me gusta gente en un momento, o una mirada que enternece, o una acción heroica. Y sé que mi mamá lo siente igual”, dijo Herrera de Báez.
Aunque no está escrito en ningún contrato de la empresa, la misión fundamental de las hijas parece ser, sobre todo una a la vez simple y tremendamente complicada: decirle la verdad a su madre. “Llega un momento en tu vida y en tu carrera donde todos te dicen lo que quieres escuchar, y eso te complica para seguir avanzando. Con la misión de evitar eso estamos nosotras”, explicó Patricia.
Algunos puntos de inspiración para Herrera son su propia casa y sus viajes: “En particular me gustan los mexicanos por la forma en la que mezclan los colores y las flores dentro de sus casas; tienen una cultura increíble y encima yo adoro la comida mexicana”, comentó Carolina Herrera.
Además de Carolina y Patricia, hijas de Reinaldo, tiene dos hijas de su primer matrimonio con el terrateniente venezolano Guillermo Behrens Tello, Mercedes y Ana Luisa. Aunque ellas no están involucradas directamente con la marca, son muy unidas y la siguiente generación también.
Le preguntamos entonces que hace son sus nietos y bisnietos para que mantengan esa independencia tan chic de la norma, pero ella sacude la cabeza. Será la reina de la elegancia sin esfuerzo, pero en esto es igual a todas las demás abuelas: “Yo a mis nietos y demás los consiento. Y que sus madres vayan y los eduquen” finalizó Carolina Herrera.
Descubre el resto de la historia en la edición impresa de mayo. Ya a la venta.