Latinoamérica está soportando la mayor pérdida regional de poblaciones de vida silvestre, de acuerdo con el Informe Planeta Vivo 2014, publicado hoy a nivel global. Sin embargo, desarrolla una serie de iniciativas tendientes a revertir la pérdida de biodiversidad.
En promedio, Latinoamérica perdió el 83% de las poblaciones de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles en los últimos 40 años. Ese impacto en la vida silvestre es mayor que las pérdidas globales en el mismo periodo, que son de 52%.
Mientras la biodiversidad disminuye, el crecimiento de la población y el aumento en el consumo per cápita impulsan el crecimiento de la huella ecológica. A nivel global, las demandas actuales de la humanidad sobre el planeta van más allá del 50% de lo que la naturaleza puede reponer, lo cual significa que se necesitan 1.5 Tierras para producir los recursos necesarios para sostener nuestra huella ecológica.
“La biodiversidad es un componente crucial de los sistemas que mantienen la vida en la Tierra y el barómetro que define qué le estamos haciendo al planeta, nuestro único hogar. Necesitamos urgentemente medidas audaces en todos los sectores de la sociedad para construir un futuro más sostenible”, explicó el Director General de WWF Internacional, Marco Lambertini.
La situación en América Latina es un reflejo de la intensa presión que soportan las especies tropicales. Para las miles de especies monitoreadas, los trópicos exhibieron un 56% de pérdidas poblacionales en comparación con el 36% en zonas templadas. Las mayores amenazas a la biodiversidad son la degradación y pérdida de hábitats, la pesca, la cacería y el cambio climático.
“Las amenazas sobre la biodiversidad y el crecimiento de la huella son un indicador de que necesitamos con muchísima urgencia liderazgos con visión regional, que sean más innovadores y decididos y que actúen en favor de la protección del planeta”, dijo Roberto Troya, Director para Latinoamérica y el Caribe de WWF. “El paso al frente tiene que ver con que las cabezas visibles de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado trabajen en conjunto para proteger nuestro planeta y, como lo hemos visto en diferentes partes del mundo, WWF está dispuesto a contribuir en este proceso”.
El Informe Planeta Vivo 2014 es la décima edición de la publicación bianual de WWF. Registra más de 10,000 especies de vertebrados de 1970 a 2010 a través del Índice Planeta Vivo, una base de datos mantenida por la Sociedad Zoológica de Londres. La medida de la Huella Ecológica de la humanidad es proporcionada por la Red Global de la Huella Ecológica (Global Footprint Network).
Este año el Índice Planeta Vivo presenta una metodología actualizada que monitorea con mayor precisión la biodiversidad global y provee un cuadro más claro sobre la salud de nuestro ambiente natural. Debido a que revela un estado desmejorado de las especies del planeta, sirve como una plataforma para el diálogo, la toma de decisiones y acciones de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, en un momento crucial para la Tierra.
El informe incluye “La Perspectiva de Un Planeta” de WWF como una de las estrategias para preservar, producir y consumir de forma más inteligente y contribuir a mantener una huella que no supere la capacidad de la Tierra de recuperarse.
“La naturaleza es al mismo tiempo un sustento para la supervivencia y un trampolín para la prosperidad. Lo importante es que estamos juntos en esto. Todos necesitamos comida, agua dulce y aire limpio, donde sea que vivamos en el mundo. En un tiempo donde tanta gente todavía vive en condiciones de pobreza, es esencial trabajar en equipo para crear soluciones que funcionen para todos”, dijo Lambertini.
En Chile, el Informe Planeta Vivo 2014 perfila la Ecorregión Marina Chiloense como un modelo de conservación marina. También destaca al Parque Marino Tic Toc por proteger un hábitat crucial para las ballenas azules, delfines e importantes poblaciones de peces.
En Belice, muestra cómo el Plan de Manejo Integrado de la Zona Costera nacional emplea evidencia científica para equilibrar las necesidades de los peces, el turismo y el desarrollo, y minimizar las amenazas sobre los hábitats naturales.
Además destaca la forma en que Brasil ha reducido a más de la mitad la deforestación en el estado amazónico de Acre, mientras incrementa la producción agrícola, reduce la pobreza y evita la emisión de casi 500 mil millones de toneladas de carbono.
“El Informe Planeta Vivo 2014 debe ser tenido en cuenta al tomar decisiones sobre el futuro de las personas, las especies y los lugares del mundo durante los próximos años. Debemos reconocer las evidencias sobre el estado del planeta, y sin embargo queda suficiente espacio para ser optimistas. Así como los ejemplos citados, hay cientos de casos en Latinoamérica y el mundo que muestran cómo los individuos, las comunidades, las empresas y los gobiernos encuentran maneras de suplir las necesidades de las personas dentro de los medios de un solo planeta”, concluyó Troya.