Charles y Ray Eames, las mentes creativas detrás de piezas icónicas de Herman Miller

Un gran sentido aventurero fue el que llevó a la pareja de Charles y Ray Eames a volcar toda su curiosidad y entusiasmo para dar vida

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Un gran sentido aventurero fue el que llevó a la pareja de Charles y Ray Eames a volcar toda su curiosidad y entusiasmo para dar vida a piezas emblemáticas de Herman Miller Collection.

La relación de este poderoso equipo con Herman Miller comenzó con las sillas de madera laminada moldeada a fines de la década de 1940, incursión que incluye el reconocido Eames Lounge y que, hoy en día, forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

El éxito de esta pareja se basa en la forma en que abordaban cada creación al preguntarse: ¿Esto nos interesa y nos intriga? ¿Podemos mejorarlo? ¿Lograremos una «verdadera diversión» creándolo? Lo que provocaba que cada obra reflejara el amor por su trabajo, el cual conjuntaba arte y ciencia, diseño y arquitectura, proceso y producto, estilo y función.

“Los detalles no son detalles… Hacen el producto”, afirmaba siempre Charles, quien también señaló que su sueño era «que la gente trabajara en proyectos inútiles, ya que ello les permitiría lograr la inspiración para nuevos conceptos».

No fue de la noche a la mañana que los objetos de esta pareja de diseñadores evolucionaran a tal magnitud; una cosa siempre condujo a otra, su espíritu revolucionario en la madera laminada moldeada dio origen a elementos innovadores en sillería con fibra de vidrio moldeada.

Una de sus piezas clave es el Eames Hang-It-All, un divertido perchero creado por Ray en 1953 para Tigrett Enterprises Playhouse Division, luego de diseñar una amplia variedad de juguetes y maravilloso mobiliario para niños. En este caso, crearon un accesorio que querían regalar a sus propios nietos y a los hijos de sus amigos. Para lograr la base con forma de telaraña, los Eames usaron las técnicas de producción masiva par soldar alambres que desarrollaron para las mesas y las sillas con base de alambre.

Sobre otras de sus creaciones más representativas, la Eames Molded Plastic Side Chair y la Eames Molded Plastic Armchair, Charles comentó: “El rol de un diseñador es el de un muy buen anfitrión que cuidadosamente se anticipa a las necesidades de sus huéspedes”, lo que lo llevó a dar vida a lo que todos desean: una forma simple, elegante que se adapte a cualquier cuerpo y a cualquier lugar.

La silla moldeada es un ejemplo del proceso repetitivo de Eames y su deseo por hacer “el mejor producto para la mayoría de las personas, por el menor precio posible”. Con cada nueva forma, acabado y configuración, este dúo siguió ampliando los límites de lo que una silla podía llegar a ser.

Es así que se cumple la premisa de algún crítico de diseño quien dijo alguna vez que esta pareja extraordinaria “sólo quería hacer del mundo un mejor lugar para vivir”.

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