La Cunicultura es una actividad ganadera que ha tomado impulso la última década en nuestro país, a la fecha se ha consolidado como una alternativa pecuaria con importantes posibilidades de desarrollo, derivadas de un mercado que demanda alternativas de productos alimenticios de alta calidad y con aporte nutrimental adecuado.
Es por eso que el Comité Nacional Sistema Producto Cunícola (CNSPC), busca impulsar el consumo de carne de conejo, además de que tiene como objetivo propiciar la integración de todos los actores que participan en este agronegocio en forma directa o indirecta: Productores, investigadores, transformadores, proveedores de insumos y el Gobierno Mexicano.
En nuestro país, de acuerdo con información del CNSPC, al menos 25 estados de nuestro país reportan producción constante, entre los más dinámicos se encuentran Puebla, Tlaxcala, Michoacán, Hidalgo, el sur del Distrito Federal y el Estado de México.
La cunicultura es una actividad favorable para campesinos pequeños y medianos en todo el mundo, debido a su fácil manejo, la rapidez para recuperar la inversión y a la posibilidad de generar ingresos durante todo el año. Los conejos tienen propiedades únicas, que los hacen factibles para que durante el proceso de producción, los recursos que se generen puedan aprovecharse de manera integral, como por ejemplo, la composta.
Al ser una especie de tamaño pequeño, no requiere de grandes espacios, sin embargo, tiene rápido crecimiento, ya que pueden alcanzar los 2.2 kg en 70 días de edad. Aunado a ello, las hembras pueden cruzarse a partir de los 4 meses, mientras que los machos a los 5 y 6 meses, siendo un buen parámetro de rentabilidad de la actividad, el producir 40 a 45 conejos finalizados por hembra por año, esto se debe a principalmente a la capacidad que tiene de poder lactar y gestar casi al mismo tiempo; por lo que la hace aún más provechosa al no requerir de mayor inversión. No obstante, la vida productiva de los conejos es de uno a dos años, etapa durante la que pueden producir varias camadas.
En la actualidad, se están generando grandes cambios en la estructura de los mercados agroalimentarios a nivel mundial, las normas de calidad están siendo cada vez más exigentes, a ello, se suma que los consumidores están modificando sus patrones de consumo y requieren algo más que productos frescos y naturales; exigen que los alimentos sean inocuos para la salud, que los procesos productivos sean limpios y seguros, que protejan el medio ambiente y que respeten los derechos de los trabajadores.
La Cunicultura, reúne todos estos aspectos que exigen los consumidores de hoy en día, casi todo el país puede ser apto para edificar una granja, siempre y cuando se observen las medidas de confort y bienestar para los conejos. Se toman en consideración factores como: terreno, agua, alimento, energía eléctrica, mercado y vías de comunicación. Además de que la carne de conejo es altamente nutritiva, con poca grasa y colesterol y es abundante en proteínas, por lo que su consumo es recomendable para una dieta baja en grasas y su bajo contenido en colesterol y sodio, le hacen recomendable para el consumo de personas con problemas cardio-metabólicos.
Sin duda, la cunicultura puede convertirse en una actividad económica muy prolífica por los múltiples beneficios que de ella se generan, un claro ejemplo del éxito de esta actividad lo vemos en los países europeos como Francia e Italia, donde la demanda y la producción representa a un sector económico importante. En dichos países la carne de conejo ocupa un lugar significativo entre las carnes que más se consumen porque es considerada un producto nutritivo, económico y eficiente.
Ante tan prometedora actividad económica, algunos especialistas consideran que su consumo y producción pueden dar solución a problemas de hambre y desnutrición para campesinos.