La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa de carácter progresivo y de origen desconocido, frente a la que no se puede actualmente ofrecer ningún tratamiento capaz de curarla.
Se caracteriza por un grave deterioro de la memoria y cognición, una disminución en la habilidad para realizar actividades de la vida diaria, junto con cambios en la personalidad y comportamiento.
Se considera que el estrés es una de las causas más probables conocidas de la enfermedad en la actualidad y la primera de la lista, junto con el daño implacable de los radicales libres.
Especialistas señalan que las hormonas cortisol y adrenalina son producidas por las glándulas suprarrenales en respuesta a una situación estresante y son responsables de un aumento del ritmo cardíaco y una sensación estimulante; cuando el estrés cesa, estas dos hormonas deben volver a niveles normales.
Sin embargo, con el estrés crónico esto no sucede y los niveles de cortisol permanecen altos, con consecuencias desastrosas para el cerebro. A medida que se envejece o se desarrolla una enfermedad, también se produce una disminución de la capacidad para manejar el estrés y reducir en sangre los niveles de cortisol natural.
Al aumentar el estrés y los niveles de cortisol, también lo hace la posibilidad de desarrollar pérdida de memoria. Asimismo afectan a la capacidad de aprender y retener nueva información (pérdida de la memoria a corto plazo).
Por tanto, equilibrar el estrés es una parte vital de la estrategia de prevención para la enfermedad de Alzheimer y de otras como la función cardiaca, el insomnio e incluso el cáncer.
Una de la mejores formas para controlar el estrés es a través de la llamada “Activación Interna de la Glándula Pineal”, una técnica innovadora considerada como una de las más grandes oportunidades que el hombre puede tener hoy para liberarse de las cadenas de las limitaciones creativas de su vida y entrar definitivamente en los procesos de realización superior que siempre ha buscado.
La Glándula Pineal se encuentra ubicada al centro del cerebro, tiene un tamaño no mayor a una lenteja. En su condición biológica es responsable de la producción de la hormona «melatonina», conocida como la hormona de la juventud.
Hasta la década de los sesenta, «la melatonina» no había sido estudiada con mayor detalle por la ciencia médica; sin embargo, a raíz del comienzo de la carrera espacial, su condición regeneradora fue evaluada en profundidad debido a los efectos sobre los astronautas y sus prolongadas permanencias en el espacio.
Entre otras características de la melatonina se puede mencionar su capacidad antioxidante que retarda el envejecimiento, además de su poder inmunológico frente a la mayoría de las enfermedades. Es también reguladora del sueño y de los ciclos biológicos. Recientes descubrimientos la han señalado como una fuente inagotable de potenciaciones, entre las cuales se encuentra el acceso a niveles creativos aún no manifestados en el hombre.
Su acción, además de ser un regenerador celular en su origen energético, es excelente para la regulación del sueño, la generación de antioxidantes que bloqueen los radicales libres, mismos que son responsables del envejecimiento. Tiene propiedades inmunológicas que previenen el cáncer, cardiopatías, Alzheimer, SIDA y depresión, entre otras enfermedades.
Activa los accesos ilimitados a la creación superior, esto le permite a la persona experimentar cambios cuánticos que al no pasar por el intelecto, limitado a un 10% de uso de la capacidad cerebral, transforma benéficamente la vida en todos los aspectos, acabando con los problemas ocasionados por información parcial.
Beneficios:
• Salud y auto-sanación
• Amor, Felicidad y Paz creciente
• Anti – envejecimiento
• Anti-estrés
• Repara los ciclos del sueño
• Expansión de la conciencia
• Desarrollo de la creatividad
• Eleva la frecuencia vibratoria
• Fortalece el sistema inmunológico
La terapeuta Brenda Ayala impartirá un seminario sobre “Activación Interna de la glándula Pineal” el próximo 15 de febrero, en la Casa de los Comediantes.