Como parte del Movimiento Nacional Cultura para la Armonía que aglutina a agrupaciones musicales comunitarias del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), niños y jóvenes de la Orquesta Renacimiento recibieron la visita a su ensayo del maestro Arturo Márquez, ícono de la música latinoamericana, y que visitó de manera especial a Acapulco para convivir con los pequeños músicos guerrerenses y reconocer sus avances artísticos.
De manera sorpresiva, Arturo Márquez fue presentado ante los 320 niños y jóvenes que integran la Orquesta Renacimiento por el Secretario de Cultura de Guerrero, Arturo Martínez Núñez, quien estuvo acompañado por la Directora de Culturas Populares del Conaculta, Alejandra Frausto Guerrero, el Coordinador del Sistema Nacional de Fomento Musical de Conaculta, Eduardo García Barrios y el Coordinador del Sistema Renacimiento, Amílcar Montero Ávila.
Previo a la presentación, varios niños pasaron al micrófono para comentar sus piezas musicales favoritas, entre ellas Alas a Malala, pieza de Arturo Márquez, dedicada a Malala, la niña paquistaní defensora de la educación en su país. La Directora Alejandra Frausto preguntó a los niños quién era su compositor favorito y todos al unísono respondieron que Arturo Márquez y así el compositor fue llevado al frente ante la sorpresa de los niños y padres de familia presentes en esta tarde de ensayo.
El maestro Arturo Márquez, quien ha sido merecedor de diversos premios y homenajes tanto a nivel nacional como internacional, contó a los integrantes de la Orquesta Renacimiento que su pieza Alas a Malala surgió camino hacia el puerto de Acapulco “venía con mi esposa y cerca de aquí surgió la idea de un ritmo alegre, una cumbia”, platicó.
Arturo Márquez agradeció estar presente con la Orquesta Renacimiento, de la cual reconoció que ya tenía mucha curiosidad por conocerla y así inició el ensayo de más de dos horas dedicadas a puntualizar la labor artística de cada sección de instrumentos de la orquesta y al final un ensayo general con el coro, donde los niños y jóvenes, primero nerviosos y después más acoplados, pudieron detallar la pieza tal y como lo requirió su propio autor.
Para finalizar, la tarde de gran emoción y sorpresa a través de la música, el maestro Amílcar Montero anunció a la Orquesta el inicio de una escuela de laudería para que los propios alumnos puedan reparar sus instrumentos, además que desde ahora se los podrán llevar a sus casas e iniciar una nueva etapa de aprendizaje con sus propios instrumentos.