Nissan y Naciones Unidas exploran estrategias para reducir riesgos de crisis de EVs

Las mejores prácticas adoptadas en Conferencia de las Naciones Unidas en Sendai esperan limitar el impacto de futuros desastres en comunidades en todo el mundo

Fumihiko Imamura, profesor de la Universidad de Thoku, experto en investigación de control de desastres, dijo que en situación de crisis es imprescindible asegurar comida, agua, energía, calefacción y movilidad.

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“Nos hemos dado cuenta de lo esencial que es la electricidad en situaciones críticas. Generalmente hay una gran cantidad de información sobre la crisis que necesita ser distribuida, sin embargo, esto depende de contar con energía para facilitar la recepción de la misma. Esta es una de las razones por las cuales los vehículos eléctricos se están volviendo más importantes en estas situaciones,” dijo el profesor Imamura.

Por su parte, Toshiyuki Shiga, vice-chairman de Nissan Motor Corporation, dijo que hay algunas medidas como la evacuación y logística, que son de sentido común, no obstante, otras se han aprendido al dar respuesta directamente durante la crisis.

Las mejores prácticas adoptadas en la Conferencia de las Naciones Unidas en Sendai esperan limitar el impacto de futuros desastres en comunidades en todo el mundo, salvando vidas y elevando el nivel la capacidad de resistencia para todos.

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Vehículos eléctricos: incrementan la capacidad de resistencia en situaciones de crisis

Los vehículos eléctricos pueden tener un papel fundamental en la respuesta a los desastres, como el que azotó a la región de Tohoku, Japón hace cuatro años.

El 11 de marzo de 2011, un terremoto de nueve puntos en la escala de Richter impactó el área noreste de Japón, desatando un tsunami con una altura de hasta 10.5 metros, adentrándose 10 kilómetros en tierra firme.

Ese terremoto ha sido el más fuerte registrado en Japón. La devastación que le siguió no tuvo comparación. Hubieron miles de muertos y desaparecidos; la sociedad japonesa tuvo que hacer un gran esfuerzo para su recuperación.

Nissan, junto con otras armadoras importantes, enviaron ayuda a las áreas afectadas mientras trataban de recuperarse del daño a sus propias plantas y distribuidores.

A pesar de los daños, la electricidad fue reestablecida rápidamente en las áreas afectadas en la zona noreste de Japón, sin embargo, seis de cada nueve refinerías y tuberías se dañaron, por lo que el suministro de gasolina era extremadamente lento.

Un vehículo Nissan LEAF, que la clínica Sendai Oshin había rentado, estaba siendo de gran utilidad, sin embargo se necesitaba mayor asistencia; por lo que se envió otro LEAF de una agencia local un par de días después.

Ambos LEAFs fueron usados para llevar tratamiento médico a alrededor de 20 a 30 pacientes al día, la mayoría de los cuales tenían cáncer. Esos tratamientos ayudaron a personas con problemas respiratorios, y transportaron equipo para inhalación de oxígeno que necesitaban urgentemente.

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Estos médicos ambulantes se desplazaban entre 60 y 70 kilómetros al día en zonas montañosas para poder llegar con sus pacientes. El vehículo 100 por ciento eléctrico, superó el reto, permitiendo proveer servicios médicos incluso en medio de la zona de desastre, puesto que su rango de movilidad oscila entre los 160 kilómetros por carga completa, lo cual fue más que suficiente para brindar ayuda a los afectados.

Los dos vehículos eléctricos LEAF, operados por la clínica Sendai Oshin, fueron los primeros de 65 préstamos que se hicieron para continuar apoyando las labores de ayuda. Dichos vehículos, operados por ONGs y autoridades locales, trabajaron silenciosamente de la mano con otras 50 SUVs de Nissan, vehículos que tradicionalmente han sido asociados con programas de rescate.

Incluso durante los días más oscuros, donde no había electricidad, las unidades de LEAFs continuaron circulando. Los apagones usualmente ocurrían durante el día, mientras los 100 por ciento eléctricos estaban recorriendo los caminos. Cuando la energía era reestablecida en la noche, los Nissan LEAFs podían recargarse para tener energía y continuar ayudando a la gente en esas condiciones críticas.

Después del Gran Terremoto del Este de Japón, 80 por ciento de la electricidad en las áreas afectadas, fue restablecida en tres días. Durante ese tiempo, la batería de un Nissan LEAF pudo haber proveído luz, mantenido los celulares cargados y la radio encendida. El restablecimiento del agua, gas y gasolina tardó un tiempo considerablemente mayor.

Luego de que la crisis en Sendai fue debidamente atendida, las 65 unidades LEAF probadas para el desastre, se pusieron a disposición de las autoridades locales. Llevaron asistencia a los albergues, transportando bienes a los puntos de distribución y fueron asignados como vehículos de coordinación en Miyagi y Fukushima.

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