En México existen casi 27 millones de jóvenes nacidos entre 1981 y 1995; mejor conocidos como millennials. El dominio de la tecnología es una de sus principales características; pero también es una generación que gusta de hacer comunidad, que se interesa por ideas creativas e innovadoras. Se consideran como la primera generación con conciencia ambiental. A nivel global el 66%[i] de ellos estaría dispuesto a pagar más por productos y servicios procedentes de empresas sustentables, por lo que cada vez más compañías buscan ofrecer soluciones sostenibles.
Al momento de tomar una decisión de compra, las nuevas generaciones consideran, además de su accesibilidad y la calidad, que la marca tenga prácticas encaminadas a la sustentabilidad. Para el 78% de los millennials es importante la confianza; 71% toma en cuenta el cuidado del medio ambiente y las prácticas éticas de las empresas, y el 61% le interesa que las compañías apoyen causas sociales.
“Para que las marcas continuen consolidándose y puedan dar respuestas a las demandas de los nuevos consumidores, deben tener en cuenta diversos aspectos; desde su relación y buenas prácticas con todos sus stakeholders, hasta la tecnología de los materiales con la que están fabricados sus productos; si éstos son amigables con el medio ambiente o si están aprovechando recursos que permitan reducir el uso de productos fósiles como el petróleo”, explicó Iván Cid, Responsable de Comunicación de Covestro México.
Covestro, uno de los más grandes productores de polímeros y plásticos de alto desempeño en el mundo –anteriormente la División de Materiales de Bayer–, reconoce este reto, por lo que entre sus metas como empresa busca un futuro sustentable reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero a través de materiales de alta tecnología.
¿Cómo? Reemplazando el crudo en los procesos de producción de materiales plásticos, y ahorrando la energía que se hubiera requerido para su procesamiento. Desde 2016 Covestro anunció la fabricación de espumas de poliuretano a base de dióxido de carbono (CO2) en Dormagen, Alemania. Para la elaboración de dichas espumas se utiliza un 20% de CO2 como materia prima y podrán ser utilizadas para la fabricación de colchones y tapicería.
Las emisiones de dióxido de carbono son aquellas que provienen de la quema de combustibles fósiles, ya sean sólidos, líquidos, gaseosos; de la quema de gas y la producción de cemento. Según datos del Banco Mundial , en México se genera un promedio de 3.94[iii] toneladas métricas per cápita de emisiones de CO2.
“En Covestro no sólo continuaremos con el desarrollo de soluciones que ayuden a reducir el consumo de combustibles para una mayor eficiencia energética, también tenemos el compromiso de que para 2025 reduzcamos nuestra emisión de dióxido de carbono en un 50%”, comentó Iván Cid.
El impulso a la utilización de energías renovables ha sido también piedra angular de los objetivos del futuro de la empresa. Durante 2016 Covestro apoyó la misión del Solar Impulse 2 (Si2), la aeronave que únicamente a través de energía solar logró dar la vuelta al mundo.
Covestro brindó al proyecto materiales de alta resistencia para lograr su misión: la cabina se fabricó en poliuretano resistente a altas temperaturas; el parabrisas, en policarbonato que es más ligero que el vidrio y con alta resistencia a impactos, así como los recubrimientos y adhesivos de las alas que proporcionaron durabilidad a la superficie a lo largo de la travesía.
“Las empresas ya hacen su aportación para superar los retos de la actualidad: cambio climático, insuficiencia de recursos, cuidado del ambiente; pero aún falta mucho por hacer, y estamos a tiempo de lograr un cambio. Sin duda el progreso constante, la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías que buscan reducir el impacto en el medio ambiente serán fundamentales para nuestro presente y el futuro de las nuevas generaciones”, concluyó Iván Cid, Responsable de Comunicación de Covestro México.
Covestro provee productos y aplicaciones a importantes industrias, como la automotriz (pintura, recubrimientos, tableros, aislantes para parabrisas); el ramo de salud (vendajes, catéteres); construcción; productos electrónicos, fabricación de muebles, artículos y ropa deportiva y en estilo de vida (cosméticos, bloqueadores, gel para el cabello, lápiz labial), entre otros.