Saint-Imier es una pequeña localidad situada en el corazón de las montanas del Jura suizo. Ahí nació Longines en 1832, y ahí también, arraigado en su rica historia, se encuentra el museo de la marca. Consciente de su valiosa pericia relojera y fiel a la tradición, Longines se complace en tomar su inspiración en este lugar tan especial, en particular para sus modelos “Heritage”. Así pues, para su última creación – The Longines Twenty-Four Hours Single Push-PieceChronograph – la marca ha reproducido las líneas de un reloj de piloto desarrollado en los años 50.
Se ha conservado el imponente diámetro de origen de 47.50 mm, así como la esfera con su escala de 24 horas, disponible en color negro mate o plateada. Su caja de acero dispone de un fondo cerrado decorado con el reloj de arena, logotipo de Longines, utilizado desde 1889 y que constituye la marca de fábrica más antigua aun en activo registrada, sin modificaciones, en los registros internacionales administrados por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Cada uno de los ejemplares de esta pieza de excepción está numerado.
El modelo en el que se inspirala nueva creación estaba provisto de un calibre concebido inicialmente para un reloj de bolsillo, adaptado luego a un reloj de pulsera. Por su parte, The Longines Twenty-Four Hours Single Push-Piece Chronograph alberga el movimiento mecánico de carga automática L789. Este nuevo calibre de cronógrafo de rueda de pilares, desarrollado en exclusiva para Longines, es una adaptación del movimiento monopulsador de Longines. Ofrece una función de cronógrafo, indica las horas en formato 24 horas, y ostenta un pequeño segundero a las 18 horas así como una ventanilla de fecha en la parte inferior de la esfera, a las 12 horas. Se presenta con una correa de piel de aligátor de color negro o marón, combinada con el color de las esferas.