Luego del partido entre Argentina – Nigeria, empezamos a recibir en nuestros teléfonos una noticia más importante que cualquier resultado de la selección.
Un audio sobre el supuesto fallecimiento de un ídolo de Argentino: Maradona
Muchas personas ayudaron a expandir ese mensaje con preocupación de que pudiese ser real, algunos con tristeza, algunos en shock, otros con la intención de informar a otros sobre la última novedad más importante para todos los argentinos.
Este mensaje no solo llegó a Argentina, sino que se recibió de forma directa en toda la región, incluyendo México, Brasil, Chile y Colombia.
Si tuviéramos que calcular el alcance de ese mensaje, ¿Cuál sería?
Directa e indirectamente el mensaje probablemente fue recibido por toda la población con un smartphone.
Sólo en cuestión de horas el mensaje estaba en boca de cientos de miles de Argentinos.
La envidia de cualquier campaña publicitaria.
Al margen del tema, por supuesto, cualquier anunciante buscaría ese resultado. Sería considerada una campaña exitosa.
Ahora, imaginemos ese audio con un “patrocinado por…” ¿Qué resultados hubiese obtenido?
Pero ¿A costa de qué? Una mentira. El resultado para la marca hubiese sido desastroso.
Ningún anunciante hubiese estado a favor de subirse a un mensaje de esas características por el solo hecho de tener alcance a costa de un mensaje falso.
Sin embargo, cuando hablamos de campañas publicitarias, existen casos que sólo se evalúan en términos de alcance y no del tipo de contexto al que se están asociando.
Aquí es donde aparecen los fake news (noticias falsas) y contenidos de baja calidad.
¿De qué viven? ¿Cómo se financian?
Lo hacen a través de quienes quieren esparcir un mensaje falso o anunciantes desprevenidos que terminan financiando dominios, sitios y medios con contenidos de origen cuestionable y de bajísima calidad.
¿El objetivo? El alcance.
Claro, nunca es tan evidente como este audio. Muchas veces, los anunciantes ni siquiera son conscientes de que están financiando este tipo de contenidos. Pero los ejemplos se cuentan en cientos de miles y se pueden encontrar todos los días. Y esto se traduce en inversión publicitaria arrojada a estos espacios.
Los anunciantes tienen metas que cumplir, ventas y para eso es importante posicionar a la marca y generar la consideración de compra a través del alcance de su mensaje.
Pero siempre es importante cuidar en que contextos aparecen sus mensajes para evitar estos contenidos y restringir la compra de inventario publicitario (impresiones) a los medios con editoriales profesionales.
No sólo para (principalmente) cuidar a su marca, su inversión publicitaria y cumplir sus metas de ventas, pero también para evitar financiar estas prácticas que perjudican al ecosistema digital de medios.
comScore ayuda cada día a miles de anunciantes a evitar este tipo de contenido a través del análisis de las audiencias y la calidad del inventario publicitario.
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