Comprar la botana para la fiesta, hacer feliz a la familia con un regalo, darse un gusto o desayunar fuera de casa, son tan solo cinco de las cosas que millones de mexicanos pueden hacer al final de la quincena, sacándole todo el jugo posible a la morralla con la que conviven en el día a día.
Y es que a veces, sin saberlo, estas piezas de metal con denominaciones que van desde los 10 centavos, acompañan a las personas en su jornada, lo mismo en los bolsillos que en los monederos, o incluso, les esperan a su regreso al hogar, en los cajones de la alacena, los buros y hasta en el baño.
Una manera muy efectiva de aprovechar esta morralla es administrarla de la mejor manera posible. Al reducir los gastos hormiga — la boleada de los zapatos, la quiniela del futbol, el mp3 de éxitos del momento—, las monedas que quedan al final de la quincena más las que estaban olvidadas en algún lugar, pueden ayudar a cubrir algunos gastos como la compra de la despensa.
Por ejemplo, en las 1,733 tiendas Bodega Aurrera del país, se encuentran productos como frijoles, sopa de pasta, jabón de tocador, papel higiénico, aceite para cocina, leche, chocolate en polvo, café, cereales, detergentes, suavizantes de tela, jabón líquido, shampoo y gel, entre otros, a precios de 5, 10, 15 y 20 pesos.
Con una opción como la que ofrece Bodega Aurrera, es muy fácil hacer rendir la morralla al máximo, y no solo eso, también se está haciendo una compra inteligente porque esas moneditas olvidadas, en realidad son una inversión y nos ayudan a surtir nuestra despensa.
Se estima que en México circulan cerca de 33 mil millones de monedas, sorprendente, ¿no? Más sorprendente todavía es el hecho de que, al dividir esta gran cifra entre el total de la población, resulta que hay más de 264 monedas en circulación por persona.
Considerando lo anterior, otros ejemplos de lo que puedes hacer con esas 264 monedas, son: comprar las papitas para una fiesta, unas galletas o una bebida para ver la televisión por la tarde, lucir radiante con el uso de una crema para peinar o bien, deleitarse con una buena quesadilla, un domingo por la mañana, en el puestito de la esquina.
Y tú, ¿qué otra cosa crees que puedes lograr con tu morralla?