De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 90% de las personas que realizan trabajo voluntario en Instituciones Sin Fines de Lucro (ISFL) prestan sus servicios a organismos privados.
En total, agrega el INEGI, más de un millón 344 mil personas realizaron algún trabajo voluntario durante 2012, lo que ocasionó que las Instituciones Sin Fines de Lucro (ISFL) generaran un valor económico de 406 mil 853 millones de pesos, cantidad equivalente al 2.7% del Producto Interno Bruto.
En este contexto, las empresas mexicanas tienen una participación cada vez más creciente, pues todos los días, en todas las regiones del país, hay millones de mexicanos que requieren de apoyo solidario para satisfacer sus necesidades básicas, para mejorar sus condiciones de vida o simplemente para alcanzar niveles más altos de bienestar social.
El trabajo de las empresas (públicas y privadas) inscrito en lo que se llama Responsabilidad Social Empresarial, es tan amplio que promueve que millones de ciudadanos realicen acciones solidarias para conservar el medio ambiente, para apoyar al prójimo más necesitado, para ayudar a los ciudadanos afectados por fenómenos meteorológicos o para lograr mayores niveles de inclusión.
En este contexto se presentó el libro de Casos de Éxito de Responsabilidad Social Empresarial, en cuya introducción Laura Iturbide Galindo, directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac, de la Universidad Anáhuac México Norte, señala que la responsabilidad social en las empresas debe ir desde la alta dirección y permear hasta abajo del escalafón, y debe trastocar todas las actividades de la organización e incluso hacia afuera de ésta, desde su gremio o asociación, desde el proveedor del proveedor hasta el cliente del cliente.
En otro texto introductorio, Jorge Reyes Iturbide, director del Centro IDEARSE para la Responsabilidad y Sustentabilidad de la Empresa de la Universidad Anáhuac México Norte, indica que la Responsabilidad Social no se debe entender como un tema que esté “de moda”, sino a que se perfila cada vez más como “el modo” que las empresas están adoptando para operar de forma sustentable.
Los casos exitosos
Ya en los casos de éxito de las empresas, el libro destaca cómo América Móvil, a través de la Aldea Digital, influye en la sociedad con un exitoso modelo de inclusión tecnológica, al grado de que este evento anual se ha convertido en el más importante del mundo en su tipo.
Banamex, a su vez, ha mantenido un compromiso integral con la sociedad durante 13 décadas, en su rol como empleador y como impulsor de una gran variedad de iniciativas culturales, sociales, ecológicas y educativas que apoyan el desarrollo de las comunidades donde opera y benefician a la sociedad mexicana y al país en su conjunto.
En el caso de Bimbo, destaca el apoyo de las comunidades marginadas como las de la Mixteca oaxaqueña, además se incluye un pensamiento de Lorenzo Servitje Sendra, quien en 1995 definió lo siguiente: “Pienso que el éxito de Bimbo se debe a que quienes lo fundamos lo vimos sobre todo como una obra a crear y no simplemente como un negocio; a que lo hicimos con la mente y el corazón, a que creímos en nuestra gente, en el producto y en el público consumidor”.
Bio-Pappel produce papel sin talar árboles, por lo que es líder en reciclado de México y América Latina, ya que recicla y reutiliza más de 1.5 millones de toneladas de papel por año, lo que equivale a salvar casi dos mil árboles adultos cada 24 horas o salvar más de doce veces todos los árboles del Bosque de Chapultepec.
CEMEX es una empresa que construye negocios sociales e inclusivos, por lo que a través de su Programa de Autoconstrucción Asistida (PiAC) apoya a personas en condición de pobreza extrema a construir sus viviendas, con un programa integral que ayuda a los beneficiarios a cambiar su vida y a buscar romper el círculo de la pobreza.
Coca-Cola no sólo es una empresa, sino una familia y un sistema que durante 88 años han incidido de manera directa en la sociedad, estableciendo vínculos estrechos con las comunidades. Desde hace 10 años ha invertido en promedio mil millones de dólares anuales para fomentar acciones que beneficien el bienestar de México y los mexicanos.
HSBC es un banco que tiene programas muy concretos de sustentabilidad. Por ejemplo, apoya a la Asociación Amigos de Sian Ka’an, para prevenir la contaminación y proteger una de las reservas de agua dulce subterránea más extensas de México, además de financiar parte de la instalación de más de 150 sistemas de captación de agua pluvial.
Petróleos Mexicanos (PEMEX) ha diseñado un nuevo modelo de responsabilidad social para incidir en el mejoramiento de las comunidades donde opera, pues a través de su Programa de Apoyo a la Comunidad y Medio Ambiente (PACMA), busca mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, con apoyo de sus proveedores y contratistas.
Syngenta, una empresa que guarda una vinculación estrecha con el agro, ha desarrollado en Chiapas y Guerrero (dos de las entidades con mayor grado de marginación) el programa Guardianes del Campo para inculcar en 25 mil personas el uso de mejores prácticas agrícolas con mayor productividad, pero que al mismo tiempo garanticen la sustentabilidad en un futuro.
En síntesis, el libro Responsabilidad Social Empresarial, Casos de Éxito, informa a la sociedad mexicana cómo las empresas hacen esfuerzos para mejorar los niveles de vida de millones de familias mexicanas.