En parte rito de iniciación y parte costumbre de la infancia, es bastante común en cierto momento de la vida empezar a darle a un niño su “domingo”. Una de las principales motivaciones detrás de la costumbre es para irles enseñado desde pequeños a manejar el dinero. Sin embargo, ¿qué tan acertada será esta manera de enseñar a un niño a ahorrar y gastar con sensatez?
Todo depende…
¿En realidad, qué nos enseñan
La costumbre de dar un domingo no necesariamente sirve para educar a un niño en materia de administración del dinero, según el académico Lewis Mandell, profesor de finanzas en la Universidad de Washington. Después de estudiar más de 50 años de investigaciones realizadas en el tema, arribó a varias conclusiones interesantes.
Mandell explica que los estudios revelan que la costumbre de dar un domingo está asociada estadísticamente con menores niveles de conocimiento financiero, menos motivación e incluso una aversión al trabajo – es decir, la perspectiva totalmente opuesta a lo que se pretende enseñar.
Entonces, ¿dónde nos equivocamos con esta costumbre? Resulta que el problema no radica en el hábito de dar un domingo en sí, sino que en la manera en que a veces los padres utilizan el hábito.
La conversación es fundamental
Por sí sola, la costumbre de dar un domingo no le enseña mucho al niño acerca del dinero, particularmente si no va de la mano con alguna responsabilidad o tarea como tal. Tras investigar el tema a fondo, Mandell encontró que muchos padres entregan el dinero sin tomarse el tiempo de platicarles a sus hijos acerca de finanzas – y en su opinión, ese es justamente el punto contencioso.
El aspecto más importante de enseñarles a los niños acerca del dinero, ya sea con o sin un domingo de por medio, es tener la oportunidad de hablar con ellos franca y abiertamente acerca del tema. A continuación se presentan una serie de consejos para ello:
- El tema se debe abordar de manera sencilla. Un niño no necesita conocer las complejidades de la bolsa de valores. El punto de partida debe ser un concepto básico, como el del ahorro. Además es importante mantener la conversación apropiada a la edad. Por ejemplo, si un adolescente quiere saber más acerca de cómo dividir el dinero entre bonos y acciones, perfecto, ese no es problema, pero sí es importante haber cubierto primero los fundamentos.
- Si a un niño se le da un domingo, hay que explicarles el motivo por el cual se hace. Es importante recalcarles que lo reciben en parte, para que vayan aprendiendo a manejar su dinero.
- Hay que hacer preguntas. Las preguntas sirven para echar a andar conversaciones en torno al dinero, por ejemplo, hay que preguntarles, “¿estás ahorrando para comprar algo grande?” o tal vez, “¿planeas donarlo a alguna causa?”.
- Es importante encontrar oportunidades de enseñanza. Cuando un niño pide dinero o que le compren algún juguete de moda, vale la pena tomarse unos minutos para explicar – no se trata de convertirlo en un sermón, pero ciertamente la oportunidad puede servir para tocar el concepto de presupuestos o la importancia de utilizar el buen juicio a la hora de manejar el dinero.
Entonces, la moraleja es que el domingo sirve y puede funcionar muy bien, siempre y cuando forme parte de una conversación con más contexto. Ya sea semanal o mensualmente, esta costumbre puede ser una excelente oportunidad de enseñanza que establezca las bases para una mayor responsabilidad financiera del niño en el futuro.