En los últimos dos años el ecommerce y los envíos de última milla levantaron la mano como salvavidas de millones de Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES), frenando el cierre de muchos comercios que representan la principal fuerza económica del país.
De acuerdo con un estudio de BGSA, entre 2009 y 2019 el comercio electrónico creció solo del 5 al 16 por ciento a nivel mundial; mientras que durante los primeros tres meses de 2020, las ventas en línea aumentaron 33% en el sector retail.
“En pleno 2022 es imposible pensar en empresas que busquen crecer sin incorporar tecnología digital en su modelo de negocios. Muchas lecciones han sido aprendidas durante los años de la pandemia, pero la más importante, en términos comerciales, es que si no te adaptas a la innovación, es más difícil que avances. Por eso, el papel de la última milla se ha vuelto necesario, ya que hace la compañía perfecta con el comercio electrónico, facilitando la vida de muchos clientes y las operaciones de los pequeños y medianos comercios”, comenta Albert Go, manager regional de Lalamove en México y LATAM.
Datos internos de Lalamove apuntan como gran ganador en la última milla al sector de alimentos y bebidas, ya que cada 5 de 10 envíos que se hicieron fueron de estos productos, con la moto siendo preferida por los usuarios, aunque los productos para el cuidado de la salud están tomando mucha importancia.
En cuestión de vehículos más grandes, en automóvil los aparatos de audio, video y cómputo, junto con la moda y accesorios se ubicaron en primer lugar, seguido por obsequios y florería. Mientras que en camiones se transportaron más alimentos no preparados, muebles y artículos para diseño de interiores.
En este sentido, Albert Go apunta que para lograr convertirse en un buen aliado logístico, es importante atender las necesidades del ecosistema y resolver los desafíos que vendrán en este 2022, entre los que destaca:
- Rediseñar flujos logísticos alternativos y habilitar espacios de almacenamiento más cercanos a los puntos de consumo que faciliten las operaciones de última milla.
- Reforzar las devoluciones y la logística inversa.
- Adaptar y adoptar las mejores prácticas de escala global y replicarlas en menor escala en el contexto local.
- Construir un esquema más robusto de capacitación e información orientadas a la transformación digital de los actores logísticos (drivers, usuarios y clientes).
- Invertir en la fuerza laboral y seguir profesionalizando el trabajo de los repartidores a través de un mayor esquema de incentivos.
- Estar más cerca de la red de proveedores y reconocer e identificar alianzas alternativas que permitan sostener y/o potenciar la propuesta de valor de la empresa.