En el Día de Internet, se invito a reflexionar sobre los cambios en nuestras vidas por el uso de las tecnologías de la información, así como la evolución de la conectividad y el trazo del camino hacia adelante para alcanzar su plena accesibilidad universal entre la población mexicana.
Esta efeméride que tiene como origen el aniversario de la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional y de la creación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (organismo especializado en telecomunicaciones de la Organización de las Naciones Unidas), es adoptada en México como el Día de Internet, así también de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información.
En el marco de esta celebración, oportunamente y como cada año desde 2004, la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) dio a conocer su contabilidad de usuarios de Internet que en este año alcanzó 65 millones de mexicanos, lo que equivale a 59% de la población.
Esta creciente métrica es atribuible a la materialización de esfuerzos de los operadores de telecomunicaciones en el mercado. Así, es a través del ejercicio de inversiones de capital, el despliegue de infraestructura, el incremento de cobertura y la oferta de precios cada vez más asequibles, para poco más de la mitad de la población nacional, así como a mejores condiciones regulatorias derivado de la reforma constitucional y legal de telecomunicaciones.
El dato contrastante, es que tenemos una población equivalente a cerca de 44 millones de personas, que carece aún de acceso a la conectividad. Sigue siendo muy elevado el número de mexicanos sin conectividad regular a Internet, que resulta de rigideces del mercado, situación que se enfatiza aún más para aquellos que habitan en zonas rurales, marginadas y remotas.
Bajo ese contexto, hay que recordar que conforme a la reforma constitucional de telecomunicaciones de 2013, es obligación del Estado garantizar el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e Internet.
Para garantizar ese derecho, de manera señalada el marco constitucional destaca dos grandes ejes:
- a) La Política de Inclusión Digital Universal a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que logre entre otras cosas, que al menos el 70% de hogares mexicanos cuenten con accesos de Internet con una velocidad real para descarga de información de conformidad con el promedio registrado en los países miembros de la OCDE.
- b) La efectividad de las medidas asimétricas de preponderancia en el sector de telecomunicaciones a cargo del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre las que se encuentra la desagregación efectiva de la red local del agente preponderante en telecomunicaciones que permita que otros concesionarios puedan acceder a su infraestructura, con el objeto de procurar la cobertura universal y el aumento en la penetración de los servicios de telecomunicaciones.
Por lo que se refiere a la Política de Inclusión Digital Universal, el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET) sigue con atención tanto el desarrollo del proyecto la Red Compartida Mayorista -actualmente en proceso de licitación pública-, como las acciones que se realicen en torno al proyecto de la Red Troncal, sin perder de vista que la meta de hogares conectados a Internet aún se encuentra distante, toda vez que conforme al IFT, al cierre de 2015 únicamente el 45% de hogares contaban con servicios de banda ancha fija.
Por lo que hace a la efectividad de las medidas de preponderancia –que actualmente se encuentran en proceso de análisis por parte del IFT-, habrá que estar atentos a los resultados que arrojen la oferta de servicios de desagregación de la red local apenas disponible a partir del presente año, así como del resto de servicios mayoristas de telecomunicaciones.
Al respecto no debe dejarse de lado que conforme a las últimas cifras del propio regulador, al cierre de 2015 el agente preponderante acumuló el 60.7% de suscriptores de banda ancha fija y el 70.7% de suscriptores de banda ancha móvil.
Sin duda, se requiere de la acción coordinada entre lo público y lo privado, para cumplir el objetivo constitucional de llevar la conectividad a cada rincón del país, sobre una base de competencia efectiva, que adicionalmente se caracterice por una creciente preocupación de los operadores por el usuario, que se refleje en tarifas y paquetes justos.
Por ello, para el IDET resulta de elevada importancia que tanto el IFT como la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (PROFECO) revisen, cada una en el ámbito de su competencia, que la relación entre operadores y usuarios esté basada en el respeto irrestricto a la regulación y a las mejores prácticas internacionales.
En este sentido, el IDET no puede dejar de hacer referencia a las prácticas comerciales que aún utiliza el agente económico preponderante de ofrecer a los usuarios finales paquetes tarifarios bajo la promesa de que se pueden consumir servicios de telecomunicaciones en forma ilimitada, cuando en los hechos, este operador impone topes a lo que realmente pueden consumir los usuarios.
En el caso específico del Internet, resulta indispensable que tanto el IFT como la PROFECO instrumenten medidas que resulten en que los operadores brinden el servicio de acceso a Internet de banda ancha evitando las grandes desviaciones entre las velocidades reales y las velocidades anunciadas por los operadores, entre ellos el preponderante, pues aún concentra un elevado porcentaje de suscriptores.
En síntesis, en el Día Mundial del Internet, para el IDET es evidente que aún hay desafíos por atender en varios planos:
- a) La instalación de infraestructura de banda ancha;
- b) Que los servicios de banda ancha que se prestan a los mexicanos que hoy ya son usuarios, se apeguen de mejor manera en la realidad a lo que se oferta en la publicidad; y
- c) En la adopción del servicio de Internet por parte de personas que tienen la posibilidad de contratarlo, pero no lo han hecho, o personas que lo tienen contratado pero no saben cómo utilizarlo para obtener los beneficios que brinda esta red como puerta de entrada a la Sociedad del Conocimiento.