En el marco de la convención Mobile Money and Digital Payments –realizado por 5° año consecutivo en la ciudad de México- los especialistas René Salazar, director de Fiserv para América Latina, El Caribe y Canadá, junto con Luis Cirerol, Director de Pagos para América Latina, indicaron que existen alrededor de 250 iniciativas para el proceso de adopción del uso del dinero móvil, el cual esperan se lleve a cabo entre 3 y 5 años.
“México tiene un gran mercado para las transacciones a través de la banca móvil, ya que actualmente el 70% de los mexicanos continúan realizando sus pagos en efectivo y el 75% haciendo filas en los establecimientos, por lo que es necesario educar al consumidor a utilizar las nuevas tecnologías que ofrece el mercado” indicó René Salazar.
En tanto Serge Van Dam, director de Nuevos Negocios de la misma firma estadounidense, enfatizó que el uso de las plataformas de banca electrónica alcanza apenas un 13% entre los usuarios, tomando en cuenta que solo el 26.6% de la población mexicana utiliza internet.
En México las tecnologías están en etapas iniciales, por lo que el costo, las tarifas de acceso a internet y los equipos móviles con datos son muy altos, ocasionando un retraso en el desarrollo que se busca en la población, agregó.
Poco a poco las curvas de desarrollo y el acceso a internet en los equipos móviles aumenta, por lo que se necesita un cambio cultural y generacional para el uso de estas plataformas, ya que actualmente dicha práctica es poco utilizada, enfocado en que el 36.8% de la población online tiene entre 15 y 24 años, siendo los más adaptables a los cambios. El reto empieza con México, donde se cree están mejor preparados para dicho desarrollo, continuando posteriormente con el resto de América Latina.
La experiencia de Fiserv -iniciada hace 12 años en Estados Unidos- actualmente tiene presencia a nivel mundial, trabajando con más de 1,500 instituciones financieras y con otras tantas no financieras. Se encuentra en países con bajo desarrollo de tecnología como Papua Nueva Guinea, así como también en países avanzados, tal es el caso Australia y Nueva Zelanda, trabajando con soluciones que van desde dispositivos sencillos hasta Smart Phones.