Cuando echo un vistazo a las oportunidades y tendencias de tecnología críticas, estas son algunas de las cosas que veo:
- Una nueva Internet con mejor seguridad, menores requerimientos de ancho de banda y movilidad constante.
- Un mundo en el que las personas inexpertas pueden diseñar y manejar procesos de negocio complejos sin la ayuda de un especialista en tecnología.
- Un hogar inteligente que no solo monitorea el uso de energía, sino también los signos vitales de tu familia.
- Asistentes personales virtuales (quizás incrustados en un lente de contacto o incluso en nuestros cuerpos) que comprenden el comportamiento humano, ayudan a priorizar nuestro trabajo y nos alienten a llevar una dieta que se relacione con nuestras actuales necesidades de salud.
Esas son algunas de las cosas que estarán habilitadas por la Internet de Todo (Internet of Everything, IoE, por sus siglas en inglés). Discutí acerca de la IoE durante un reciente retiro de líderes de políticas globales que querían echar un vistazo a desafíos y tendencias de tecnología cruciales que son afectados por regulaciones o políticas gubernamentales. Unos pocos días después me encontré con un grupo de pasantes de verano de Xerox, y uno de los primeros temas que surgió fue: ¡la IoE!
La idea de objetos cotidianos comunicándose unos con otros y con el resto del mundo está en las mentes tanto de nuestros científicos más jóvenes como de los más altos responsables de políticas y ejecutivos de hoy.
En el retiro de políticas delConsejo de los CEOs de Tecnología, esbocé tres pilares que harán posible la IoE e impulsarán el futuro de la economía global:
- Objetos cotidianos que perciban y respondan a su entorno. Esto significa conectar objetos comunes a la Internet y hacerlos inteligentes. Los objetos proveerán información útil acerca de cómo los usamos e interactuamos con ellos, y permitimos que interactúen unos con otros. La miniaturización de chips y radios que hacen a los objetos inteligentes es esencial para aplicaciones prácticas, como también lo es el bajo costo. Los objetos inteligentes existirán en todos lados, en nuestros hogares, oficinas, vehículos, ciudades- a todo nuestro alrededor. Dispositivos utilizables e implantables detectarán y mejorarán nuestra calidad de vida. Cisco predice que habrá entre 50 y 75 mil millones de “cosas” conectadas dentro de los próximos seis años, por sobre los alrededor de 9 mil millones de teléfonos y laptops que hay hoy. Todos los productos del futuro serán inteligentes y estarán conectados. Además de realizar su función central, los productos se convertirán en la base de servicios totalmente nuevos que aprovechen los datos que generan. Un ejemplo de esto es el termostato conectado de Nest Labs, un start-up que habilita nuevos servicios, en beneficio de la industria de los servicios públicos.
- Una infraestructura flexible inteligente y segura. Ya estamos luchando para lidiar con el volumen de información que atraviesa Internet hoy. Se necesita un nuevo paradigma que soporte este conjunto de objetos cotidianos inteligentes, y la necesidad de conectividad y entrega de información, todo con la adecuada seguridad. En el PARC (Palo Alto Research Center), estamos desarrollando la arquitectura de Internet de la próxima generación:Content-Centric Networking (CCN) con socios. Una red CCN promete mejorar la seguridad, disminuir los requerimientos de respuesta y ancho de banda, así como habilitar una movilidad sin fisuras.
- Información en tiempo real utilizable. El concepto de moda de hoy en día, “Big Data”, es una oportunidad, pero no es una solución. El desafío es tomar las diversas corrientes de datos en tiempo real, fusionarlas perfectamente y extraer el conocimiento que contienen. Estas informaciones utilizables crean valor para la gente, los sistemas automatizados y las empresas. Lo importante es habilitar a que la “Big Data” cuente una historia. Comprender las anomalías en patrones, por ejemplo, puede permitir a las empresas reparar proactivamente equipamiento crítico o ayudar a los doctores a cuidar mejor a sus pacientes. Las autoridades de las ciudades pueden usar este tipo de información para crear una ciudad menos congestionada y más verde, permitiéndonos a todos vivir vidas más saludables.
Cuando los objetos comunes e inteligentes; las redes flexibles, inteligentes y seguras; y la información en tiempo real utilizable trabajan en conjunto, una “tormenta perfecta” de funcionalidad emerge. Esta tormenta perturbará completamente a industrias enteras. “Googlear la realidad” se tornará habitual.Gartnerpredice que el valor agregado económico total para la IoE será de $1,9 trillones de dólares en 2020. El valor más importante de la IoE será medido según el bien que posibilite: salvar vidas, hacer que la economía funcione mejor, hacer eficiente el uso de energía, mejor educación para nuestros niños, y la lista continúa.
La ruptura que conlleva este tipo de cambios es exactamente lo que están reflexionando quienes hacen las políticas. La necesidad de estándares globales, incentivos económicos, seguridad, privacidad y protección de derechos civiles estuvieron muy presentes en el retiro al que asistí. Mucha discusión se centró en un recientereporte de la Casa Blancaque examinaba cómo la Big Data transformará la manera en que vivimos y trabajamos y alterará las relaciones entre gobierno, ciudadanos, negocios y consumidores. Yo lo estoy leyendo y les aconsejo que le echen un vistazo también.
Un reciente cuestionario emitido por elPew Research Center Internet Project hacia fines del año pasado preguntó a más de 1600 innovadores de tecnología, emprendedores, analistas y otros si creían que laIoE tendrá efectos amplios y beneficiosos en las vidas cotidianas del público para 2025. La mayoría dijo que sí, y yo también.
En Xerox, tenemos una reconocida trayectoria en mejorar la calidad y la experiencia de vida a través del poder de la innovación. Colaborando con clientes y socios, estamos trabajando en crear objetos inteligentes, una infraestructura de red flexible inteligente y segura y extraer información en tiempo real utilizable para hacer de la IoE -y su impacto positivo en la sociedad- una realidad.