El Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, dirigido por la Dra. María Fonseca Paredes, presenta el estudio ¿Trabajar más y ganar mejor? La interrogante del desempleo ante el bajo crecimiento.
Aumentar la productividad no significa trabajar más, sino trabajar mejor. Esta es una de las frases célebres del discurso de la democratización de la productividad del gobierno en turno. Pero trabajar mejor debería implicar que las familias mexicanas tengan acceso a un ingreso justo, garantizado a través del crecimiento sostenido de la economía, situación que en el contexto del cierre del tercer trimestre del año se torna cada vez más complicado.
En ese sentido, el empleo durante septiembre de 2013 refleja un escenario de debilitamiento, mismo que continuará sin permear sus beneficios al tejido social en tanto no se resuelva el problema de forma integral. La demanda de trabajo calificado es crucial para garantizar que los mecanismos de productividad plasmados en la Reforma Laboral se materialicen en beneficio de los trabajadores.
Así entonces, los fallos estructurales del mercado laboral mexicano persisten a pesar de los intentos del gobierno por mejorar la condición general del mismo bajo el discurso de impulsar una mayor productividad; las cifras así lo demuestran, la precariedad laboral sigue siendo una constante para los retos de la presente administración.
La falta de coordinación de las reformas manifiesta una necesidad urgente de mecanismos que garanticen un vínculo entre la recaudación fiscal y los incentivos al sector productivo, para así aspirar a un mercado laboral para “trabajar mejor”.
La eliminación del Régimen de Pequeños Contribuyentes y las modificaciones referentes a las Comisiones Mixtas de Capacitación, Adiestramiento y Productividad (contempladas en la Ley Federal de trabajo para empresas mayores a los 50 empleados), son un ejemplo de que la polarización de las políticas y su impacto en los agentes productivos de la economía continua eliminando incentivos a la formalidad y condicionando los incentivos a ser más productivos para las micro, pequeñas y medianas empresas.
La actividad económica en general presenta un escenario poco favorable y de bajo crecimiento. Las caídas en inversión y actividad industrial observadas en las semanas anteriores, en particular en el sector de la construcción, han dejado sentir sus efectos en la moderada tendencia al alza de la actividad económica para el período. Son prácticamente las actividades terciarias y algunos rubros de la manufactura las que mantienen a flote el crecimiento de apenas 0.8% para agosto de 2013.
Además, las ventas reportadas para el periodo no son del todo favorables y en este sentido confirman aún más que la moderada alza en la actividad económica no será suficiente para recuperar el dinamismo económico mermado por la desaceleración.
Cada vez será más complicado y lento el proceso para salir del actual escenario si lo que impulsa el crecimiento son factores exógenos que atraen únicamente beneficios en el corto plazo los cuales no garantizan un crecimiento sostenido de la economía que permita un ingreso justo para las familias y los trabajadores mexicanos.