Parecerá sorprendente para algunos, pero cada vez hay más mexicanos considerando el Centro Histórico de la Ciudad de México su próximo lugar de residencia. Las razones son tan diversas como el mismo Centro, pero lo que es un hecho, es que hoy ya no sólo es una zona comercial, sino una zona trendy para vivir.
Aunque no hay edad para ser Centri-tante, la mayoría son jóvenes solos, con amigos, roomies o en pareja que buscan la experiencia misma de residir en uno de los lugares más ambivalentes de la Ciudad de México.
Lo interesante de esta microtendencia es su longevidad, pues inició hace muchos años y se ha mantenido entre unos cuantos; los Centri-tantes sólo son la punta del iceberg de un movimiento que se puede explicar en 3 fases, las 3Rs del Centro Histórico: El rescate, resignificación y regreso.
Hoy, el Centro de la Ciudad de México ya no se limita a ser el terreno comercial de la capital, sino que es una zona todo terreno: manufactura, negocios, residencia, historia, arte y cultura; que le da la bienvenida a nacionales e internacionales.
La clave es explorar todas las capas y moverse entre la oferta tan variada de tradición y modernidad. Los estigmas con los que ha cargado el Centro, se han ido aligerando e incluso desapareciendo. Hoy puede competirle de frente a cualquier “downtown” de cualquier otro país: desde Nueva York hasta Amsterdam.
Los Centri-tantes y sus iniciativas por resignificar el Centro, no están condicionadas a la geografía o ubicación. Cualquier otro centro e incluso barrio o colonia del país, puede emprender el proceso de las 3Rs por las que pasó el de la Ciudad de México.
Ciudadanos, marcas, empresas y gobiernos pueden emprender una búsqueda por las zonas con más capital histórico, artístico o cultural perdido para resignificarlas y devolverles su esencia libre de estigmas.