Un mal desempeño, el incumplimiento de metas, el abandono laboral o las malas actitudes, son algunos de los motivos que por lo general hacen perder el empleo. Sin embargo, por muy buen profesional que seas, también existen hábitos que pueden causar una pésima impresión de ti y acabar con tu trabajo.
Tener malos hábitos no se refiere tan sólo a los modales, mantener un comportamiento pesimista, ser poco productivo y hasta enviar un correo electrónico con faltas de ortografía, son prácticas inapropiadas dentro del trabajo que pueden afectar tu imagen.
Si no quieres que tu permanencia en la empresa se vuelva incierta, el portal de empleo Trabajando.com, te comparte un listado de aquellos hábitos que debes evitar:
Comentarios inapropiados en las redes sociales: Hace un par de años, un funcionario de un programa de desarrollo social, fue destituido de su cargo tras publicar en su cuenta de Facebook comentarios discriminatorios de un grupo de indígenas.
Cuando entras al mundo laboral, es sumamente importante que cuides el tipo de información que subes a tus redes. Aunque los contenidos que publiques sólo puedan ser vistos por tus contactos, no puedes controlar la privacidad de tus amigos, y esto hace que seas visible para mucha gente.
Mentir: una de las peores formas y la más vergonzosa de perder un empleo, es que te “cachen» en una mentira. Esto habla muy mal de la integridad de las personas, aunque sea algo menor, demuestra traición y deslealtad. Quién carezca del valor honestidad, no es una persona de fiar y no merece conservar su empleo.
Negatividad: si bien todos en algún momento nos hemos quejado de alguna situación, si haces de ello una práctica diaria, lo más seguro es que tus compañeros y jefe terminen por cansarse de tu actitud. Un empleado que mantenga este comportamiento, puede contaminar su entorno. Por lo demás, en las empresas se necesitan personas optimistas, con ideas y con capacidad de resolución de conflicto, la negatividad impide el buen desempeño.
Falta de modales: debes tener presente 4 hábitos básicos en todo lugar donde vayas: saludar, pedir por favor, dar las gracias y despedirte. Omitir alguno de estos puede dar la impresión de que eres una persona mal educada y grosera.
Impuntualidad: si constantemente llegas tarde y si sueles alargar el tiempo de descanso, demuestras escaso compromiso con tus labores, con tu jefe y con tu equipo de trabajo.
Perder el control: por muy estresado que te sientas o por muy mal que te lleves con algún compañero, no permitas perder el control. La inteligencia emocional es un aspecto muy importante en las empresas, porque de ella depende la credibilidad que mantengas como profesional. De lo contrario, te hará ver como una persona inmadura y agresiva. Ante una situación conflictiva respira profundo y cuenta hasta 10, esto te ayudará a mantener la compostura.
Malos hábitos de lenguaje corporal: si tienes la costumbre de rascarte la nariz, de bostezar sin taparte la boca, evitar el contacto visual al hablar con alguien o no dar un apretón de manos cuando saludas a tus compañeros, esto puede tener un impacto negativo en tu perfil profesional, ya que estas actitudes denotan una persona con falta de modales e insegura.
“El hecho de no responder correos electrónicos, hacerlo de manera grosera o muy breve, puede causar también una mala impresión del tipo de profesional que eres. Además, hay que tener mucho cuidado con las faltas de ortografía, pues esto deja al descubierto el nivel de educación de las personas y los errores pueden afectar inmediatamente tu imagen. Recuerda siempre que un excelente trabajador puede ser opacado por un mal hábito y una pésima actitud.”, señala Margarita Chico,Directora de Corporativa de Comunicación de Trabajando.comMéxico.