En general, pasados los 50 años de edad, los profesionales cuentan con más experiencia, son más selectivos a la hora de buscar un trabajo, tienen la posibilidad de negociar un salario más justo y hasta un horario más cómodo.
Sin embargo, el mercado laboral es mucho más acotado para este grupo, ya que existe la creencia de que tienen poca disposición de aprender nuevas habilidades, les cuesta adquirir nuevos conocimientos y adaptarse a nuevos ambientes, están habituados a trabajar de una manera y son reticentes al cambio: si funciona, ¿para qué cambiar?
La problemática se incrementa aún más si se considera que los mayores de 55 años poseen conocimientos de computación muy básicos, casi no usan internet y mucho menos buscan trabajo por este medio. Expertos aseguran que sólo el 5% de esta generación navega en la web para encontrar empleo. Así, las oportunidades laborales se ven disminuidas, ya que con el avance de las tecnologías, los portales de empleo han capturado prácticamente todo el mercado de búsquedas laborales.
Expertos señalan que las personas mayores a 45 años que buscan trabajo se sienten discriminadas por el mercado y por la sociedad en general. Esto afecta a su autoestima y en algunos casos, puede terminar en una depresión.
Las empresas necesitan personas dispuestas a aprender nuevas habilidades, a innovar, que posean conocimientos avanzados de computación, que estén dispuestos a viajar dentro o fuera del país y en ocasiones que cumplan jornadas laborales más largas. Lamentablemente, este perfil, en general, no se ajusta con aquellos que poseen más de 50 años de edad.
Entonces, el desafío es que estos profesionales demuestren con hechos que no están limitados por estas características. Sino más bien que son personas flexibles, que pueden adaptarse al cambio y que aún pueden adquirir nuevos conocimientos.
Además, el profesional maduro, tiene mucho que ofrecer a las organizaciones, como la experiencia, estabilidad emocional y un aprendizaje que no se aprende en un par de años. Así, este grupo debe trabajar por romper este paradigma y mostrarse como una persona interesada en asumir nuevos desafíos.
Aunque aún existe, la exclusión a personas por su rango de edad está disminuyendo, pues existen otros factores mucho más relevantes que la edad. Aspectos como la capacidad de comunicación, la buena disposición y la capacidad de negociación son características muy valoradas para la mayoría de los empleadores y que prevalece por sobre la edad. Así como la preocupación por cuestiones de salud. Sin embargo no debe caer esto en prácticas de discriminación, sino de adecuarse o no a un perfil determinado.
“Finalmente, la exclusión no sólo existe para aquellos mayores de 50 años, sino que para toda persona que no actualice su CV, que no se capacite constantemente y que no trabaje sus redes de contactos. Sea cuál sea su edad, las oportunidades laborales se verán disminuidas. Por eso, más que un tema de edad, se trata de trabajar día a día la marca personal”, señala Margarita Chico Directora Corporativa del portal de empleoTrabajando.com
Chico agrega, “el desafío también es para la sociedad, una de las formas de revertir esta situación es promover y valorar la sabiduría y la voz de la experiencia de las personas de edades más avanzadas