De acuerdo con las tendencias demográficas y socioeconómicas, México vivirá una realidad preocupante en las próximas cuatro décadas. El número de mexicanos mayores a 60 años se triplicará, por lo que el gobierno federal requerirá destinar mayores recursos para el pago de estas pensiones y gastos en salud, que generarán presiones para recaudar mayores impuestos que ayuden a financiar estos nuevos requerimientos de la sociedad o bien dejar de gastar en otros rubros del presupuesto federal, como educación, seguridad o salud. Cualquiera que sea el caso, generará problemas sociales y económicos si no tomamos acciones desde ahora. ¿Te gustaría este escenario para tu futuro, para el futuro de tus hijos y de tus nietos?
En lugar de eso, queremos una sociedad menos pobre y sin carencias. La realidad es que somos una sociedad con poca o nula cultura del ahorro, principalmente cuando se trata de visualizarlo en el largo plazo o para el retiro. Desconocimiento, falta de motivación, falta de interés, poca educación financiera, etc., muchas las causas o excusas, pero el tema central es que la gran mayoría de los mexicanos no ahorramos. Primero pensamos en cubrir necesidades inmediatas y de beneficio presente como ropa, cine, restaurantes, conciertos, viajes, y dejamos para después la preocupación por nuestro futuro. Disfrutar de aquellos bienes y servicios que nos generan mayor satisfacción es natural y adecuado. El problema es hacerlo sin tomar en cuenta el futuro que construimos con nuestros hábitos presentes.
Hagamos un ejercicio en el tiempo; supongamos que hoy tienes 65 años y estás próximo a jubilarte. Durante toda tu vida laboral cotizaste al IMSS, tienes todos tus documentos en orden y acudes a la ventanilla de tu Afore para iniciar el trámite de retiro. El asesor revisa el saldo acumulado en tu cuenta de ahorro para el retiro y te informa que la cantidad de dinero acumulado te alcanza para una pensión de sólo 33% de tu último sueldo. Reflexiona, ¿eso te alcanza para vivir? Seguramente no. Aun así, éste es el mejor de los escenarios.
Ahora, imagina que en algunos lapsos de tu vida no cotizaste al IMSS y cuando llegas a la ventanilla de tu Afore, te informan una negativa de pensión, es decir, que el saldo acumulado en tu cuenta no alcanza para otorgarte una pensión, ¿cómo vas a mantener los próximos 15 ó 20 años de tu vida?
Finalmente, dramaticemos los dos casos anteriores; nunca cotizaste al IMSS y nunca planeaste un ahorro destinado a tu jubilación, ¿de qué vas a vivir durante tu vejez?, ¿el gobierno, tus hijos, tus nietos, tus vecinos, ellos pagarán tus gastos de alimentación, vivienda, vestido y médicos?
El sistema de ahorro para el retiro actual tiene una aportación obligatoria del 6.5% del salario del trabajador. Bajo este esquema, tú como trabajador aportas solamente el 1.125% de tu sueldo a tu cuenta de ahorro para el retiro. Con este nivel de aportación, evidentemente el monto ahorrado será insuficiente para conseguir una pensión de por lo menos 70% de tu último sueldo.
Si no haces aportaciones adicionales a tu cuenta individual de Afore y/o si no ahorras una parte de tu sueldo destinado a financiar tu madurez, –invertido, sin tocarlo hasta tu edad de retiro-, es imposible esperar que al término de tu vida laboral productiva vivas de la misma forma que vives hoy, aún y cuando acortes tus gastos, ya que la madurez de tu vida conlleva otros gastos nuevos y extraordinarios que actualmente no tienes –como gastos médicos y medicinas asociadas a enfermedades propias de la edad-. Ni el gobierno, ni la sociedad, ni tu familia podrán mantenerte durante la vejez.
Acércarte a tu Afore o a tu institución financiera de confianza y pregunta cómo puedes incrementar tu fondo para el retiro, ya sea realizando aportaciones voluntarias a tu cuenta individual de Afore, ahorrando en un fondo de inversión especial para tu retiro o en un plan personal de retiro (PPR) que te ayude a incrementar tu pensión para vivir con seguridad cuando dejes de trabajar.
Para que la realidad no te caiga “como balde de agua fría” al momento de jubilarte, te sugerimos seguir estos puntos:
- Planea. Dedícate un tiempo para pensar cómo te gustaría vivir tu retiro, con tranquilidad o padeciendo carencias, dependiendo de tus hijos o perdiendo control de tus ingresos. Se vale idealizar . Es una base para dimensionar el nivel de tu ahorro.
- Calcula un aproximado de cuánto necesitarías de ingreso para cubrir tus gastos futuros, cuando dejes de trabajar. Utiliza tu plan ideal y piensa en tus gastos de alimentación, vivienda, vestido y, porqué no, en viajes y diversión.
- Organiza tus gastos hoy, haz una lista, cuántos de ellos no son suficientemente necesarios.
- Destina ese dinero a tu ahorro para el retiro, verdaderamente harás la diferencia.
- Ahorra constantemente. Por más pequeña que sea la aportación mensual a tu cuenta para el retiro, tendrás resultados significativamente mejores. Entre más rápido empieces, mejor. Recuerda que de “poquito en poquito se llena el cochinito”.
- Confía. Las instituciones financieras están plenamente reguladas. Tú dinero no puede desaparecer de la noche a la mañana sin tu autorización. Sin embargo, así como tú eres el responsable de tu ahorro, también eres responsable de monitorear y dar seguimiento a tu cuenta. Sólo tú sabes cómo y cuánto estás acumulando.
- Infórmate y Asesórate: Si no sabes por dónde comenzar a planear tu retiro, visita a tu Afore o acude con algún asesor financiero de Instituciones autorizadas para que te oriente y te brinde las mejores opciones de acuerdo a tu perfil de ingreso, de necesidades y de gastos. Siempre hay una opción para ti.
En caso de que no cuentes con una cuenta individual de Afore, no te preocupes, existen otros mecanismos de ahorro que pueden ayudarte para alcanzar tu meta:
- Planes Personales de Retiro (PPR)
- Cuentas Personales de Ahorro (CPA)
- Planes Privados de Pensión (colectivos o grupales a través de la empresa)
- Fondos de Inversión, con vehículos destinados para el ahorro de largo plazo.
El ahorro es responsabilidad de cada persona, de cada familia. Una decisión de vida que debe adoptarse e implementarse de manera disciplinada y constante. Acude con los expertos, ellos te ayudarán a formar un plan de ahorro adecuado para ti.