Los tratados de libre comercio, el avance de las tecnologías y la gran cantidad de migración de jóvenes en búsqueda de oportunidades laborales, han sido algunos de los factores principales que han exigido no tan sólo a los países, sino que también a las empresas a adoptar nuevas normas que protejan y respeten la variedad de gustos, costumbres y culturas.
Esta transformación en el trabajo ha sido consecuencia de la gran diversidad cultural existente en todo el mundo. La Unesco la define como “el conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.
Las organizaciones que han logrado su expansión al extranjero, cada vez más dependen de sus transacciones con otros países y 
gestionar la diversidad cultural es fundamental para lograr una ventaja competitiva. Pues la apertura de nuevos mercados depende del entendimiento que se logre con otras culturas.
No son pocas las organizaciones que han evidenciado los grandes beneficios de dotar a su personal de profesionales extranjeros. Pues tener un inmigrante puede permitir comunicarse con otras culturas, intercambio de nuevas ideas y conocimiento, evitar violar o ignorar prácticas culturales y costumbres, etc. Además, el intercambio de experiencia y conocimientos puede mejorar las relaciones interpersonales, y por ende el clima laboral.
“La diversidad cultural al interior de las organizaciones es una gran oportunidad para la empresa y para los integrantes de ella, ya que permite fomentar aún más el respeto por lo desconocido o lo distinto, así como también poder aprender de ellos, ya que cuentan con una formación, cultura e ideologías muchas veces diferentes y que pueden ser de gran valor para los equipos de trabajo”, señala Margarita Chico, Directora Corporativa de Comunicación de Trabajando.com.
Chico agrega que “la tarea está en que las organizaciones hagan parte de su cultura el respeto y la integración entre todos los miembros de la empresa, más allá de su cultura u origen, y que velen por un objetivo común y sepan trabajar en equipo, ya que finalmente, los buenos resultados de uno, benefician a todos”.