Los animales de compañía han probado ser los mejores amigos de los humanos a través del tiempo, debido a la fidelidad y cariño que muestran, por naturaleza, hacia sus compañeros en cualquier clase de situación.
Además de acompañar a las personas en su vida diaria, ciertas especies de animales también han demostrado ayudar a los humanos con el tratamiento de algunos padecimientos físicos y psicológicos. La zooterapia, o terapia asistida con animales, es un procedimiento terapéutico consistente en la interacción positiva entre un paciente, especialmente niños, y un animal instruido para auxiliar en la rehabilitación de padecimientos específicos.
El origen de este tipo de terapias es incierto, debido a la relación prehistórica que han tenido los animales domésticos con la especie humana. Sin embargo, existen registros sobre terapias utilizando animales que datan del siglo XVIII, por ejemplo, el Hospital Psiquiátrico Retiro de York en Inglaterra, donde los pacientes tenían permitido pasear por los jardines del lugar con animales domésticos que también se encontraban viviendo ahí.
Los médicos notaron que las capacidades de socialización y la evolución en las terapias que recibían los internos mejoraron notablemente, por lo que esta práctica comenzó a ser retomada por otras instituciones de salud mental en Europa. Desde entonces, la terapia asistida con animales ha levantado un interés cada vez mayor entre algunos sectores clínicos para atender más padecimientos como discapacidades motrices y visuales, o en la recuperación de pacientes con cáncer.
En España, la zooterapia ha tenido un mayor empuje durante los últimos años, incluso, han surgido asociaciones que realizan terapia con perros en instituciones penitenciarias, con el fin de ayudar a los reclusos a combatir problemas de violencia y depresión.
“Los reclusos ven paralelismos entre su vida y la del perro, que los hacen conectar con el animal de manera emocional. Al interactuar con él y hacerse cargo de la responsabilidad de cuidarlo, se reducen sus niveles de ansiedad, sus conductas agresivas y aumenta su autoestima”, indica Maribel Vila, miembro de Fundación Affinity, encargada de llevar esta terapia a las prisiones.
En México, la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León brinda terapias con perros para ayudar en el tratamiento de niños con problemas de lenguaje, adolescentes con problemas emocionales, adultos con estrés, víctimas de violencia o abuso sexual.
Alan Rozz, fundador de Adoptare, organización sin fines de lucro que promueve una cultura responsable y de respeto entre los seres humanos y los animales de compañía, explica que la difusión de esta terapia también es una forma de ayudar a los animales.
Este tipo de terapias no sustituyen ningún tratamiento médico ni psicológico, sino que funcionan como complemento a los mismos. “Tampoco es para todos, es una decisión que debe valorarse con el médico antes de proceder con ella”, indica.
Aunque existen muchas especies con las que se puede trabajar, como delfines, caballos, aves y gatos, los perros suelen ser los más comunes, debido a su mejor disposición para ser educados y entrenados para estas tareas. Los entrenadores caninos recomiendan trabajar con labradores, golden retriever, border collie y terranova, por ser razas dóciles y juguetonas.
Al respecto, Alan Rozz comenta que “cualquier raza de perros puede ser entrenada para poder asistir a un paciente, siempre que se le den los cuidados adecuados. Así, además de otorgarle una tarea noble a los animales, se crea un vínculo entre los criadores, el perro y el paciente, que fortalece a todos de manera emocional y lúdica”.
La terapia asistida con animales tiene efectos duraderos en la salud de los pacientes que la reciben, especialmente en los niños. “Las interacciones positivas con animales o con humanos liberan una serie de reacciones moleculares en el cuerpo. Se libera dopamina y encefalinas, que provocan euforia y reducen el dolor” manifestó Rozz.