En el marco del XVIII Congreso Latinoamericano de Nutrición (SLAN) 2018, Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (SEN), expuso que los edulcorantes no calóricos (ENCs), comúnmente conocidos como sustitutos de azúcar, son seguros para su consumo.
Frente a los asistentes de la mesa titulada “El interés de los edulcorantes bajos en o sin calorías en la reducción del consumo de azúcar”, el experto indicó que la seguridad de este tipo de ingredientes es un aspecto que ha sido evaluado de forma periódica por numerosos comités científicos y organismos reguladores internacionales, como el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, por sus siglas en inglés) y la Comisión del CODEX Alimentarius (CAC) que han avalado su uso.
Sobre esta comisión, el especialista destacó que el 99% de los países en el mundo son miembros, es decir 188 países, además de 240 observadores entre los que entran las organizaciones de consumidores, ONGs y organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud, por lo que las decisiones que se toman son transparentes y son constantemente observadas y revisadas por sus participantes.
En su participación, Susana Socolovsky, doctora en Ciencias Químicas de la Universidad de Buenos Aires y presidenta de la Asociación Argentina de Tecnólogos de Alimentos (AATA), explicó que, como parte del proceso de evaluación de estos ingredientes, los organismos internacionales determinan la ingesta diaria admisible (IDA), la cual constituye un índice capaz de medir la seguridad de la ingesta de un aditivo alimentario y se define como “la cantidad máxima de una sustancia que un individuo puede consumir diariamente durante toda su vida sin que ésta provoque ningún efecto adverso para su salud”. Recalcó que, para garantizar la seguridad en el consumo, incluso en grupos sensibles de la población, la IDA que recomienda la OMS es 100 veces menor a la cantidad que se debería consumir diariamente para sufrir algún tipo de efecto negativo.
De igual forma, Lluis Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN), indicó que existen algunos mitos sobre los edulcorantes no calóricos que surgen de la falta de información y de una errónea generalización. En este sentido, el experto destacó que la composición química de cada uno de estos ingredientes es distinta, por lo que los estudios no pueden generalizar los aditivos, sino que cada uno tiene que tener su propio proceso de evaluación.
Subrayó que la sociedad no puede dejar de creer en el esfuerzo de los comités mixtos de FAO, OMS y agencias internacionales para creer lo que dice el blog de alguien que no tiene conocimiento técnico. Asimismo, hizo un llamado a los profesionales de la salud a esforzarse por entablar una comunicación más asertiva para que el público sepa que las decisiones alimentarias a nivel mundial se basan en los avances de la ciencia y tecnología.
Finalmente, los expertos, quienes también forman parte del grupo que recientemente publicó el Consenso Iberoamericano sobre edulcorantes bajos en o sin calorías, concluyeron que este tipo de ingredientes pueden utilizarse de manera segura dentro de los límites de la IDA como una alternativa al consumo de azúcar y para atender problemas de salud como la diabetes, el sobrepeso y la obesidad. Agregaron que la ingesta de este tipo de productos aumentará en el contexto actual en el que las industrias alimentarias están reformulando sus productos lo cual está contemplado en el IDA avalado a nivel mundial.