Incentivar la cultura financiera contribuirá a que el seguro se entienda como un socio financiero. Asimismo, comprender sus cláusulas y exclusiones, además de las coberturas adicionales disponibles, permitirá proteger adecuadamente todo lo que se desea proteger y evitar decepciones a la hora de reclamar el pago de la póliza.
Así lo consideró Leonardo Fantini, responsable de seguros de propiedad y riesgos especializados en AIG Seguros México, quien además puntualizó que “esta fue una lección que dejaron los múltiples desastres naturales ocurridos en México y en el mundo en el año 2017”.
“El espíritu del seguro de daños a propiedad empresarial es que un evento de la naturaleza –como terremotos, inundaciones, huracanes y similares– no cause un impacto en las finanzas de una compañía. Si se cuenta con el seguro ad hoc a las necesidades de nuestra organización, se estará protegiendo la continuidad del negocio y resultará mucho más fácil salir adelante y reiniciar actividades”, dijo.
El ejecutivo señaló que la función del seguro de daños a propiedad empresarial es reponer el bien a su condición previa a la ocurrencia del evento. “No se indemniza el terreno ni los cimientos, y la construcción se cubre hasta el monto de lo que costaría reponer el inmueble asegurado, tal y como estaba cuando sucedió el siniestro”, explicó.
Asimismo, apuntó que es fundamental platicar a detalle con un asesor de seguros, leer íntegramente las cláusulas de la póliza y tener claridad sobre lo que cubren, lo que no cubren y, muy importante, cómo lo cubren.
Fantini consideró que sí existe entre los empresarios en México la conciencia de proteger los inmuebles, sobre todo entre las empresas medianas y grandes: “La experiencia vivida hace un año, con dos terremotos en el mismo mes, hizo más visible la importancia de proteger los bienes productivos y salvaguardar el patrimonio. De hecho, se registró un incremento del 20 por ciento en la contratación del seguro de propiedad entre las empresas y corporativos, en tan solo los tres meses posteriores a los terremotos de 2017”, reveló.
No obstante, el directivo destacó que aún persiste una baja penetración del seguro entre las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES), que representan el 90 por ciento del sector empresarial en México, dado que todavía hay trabajo qué hacer para lograr que el seguro sea visto no como un gasto, sino como lo que verdaderamente es: una inversión. Señaló también áreas de oportunidad en cuanto a la difusión y conocimiento sobre los seguros y cómo construir un respaldo de documentos que ayuden al cobro de la póliza.
“Un gran desafío, asimismo, es que las empresas pequeñas tengan presente la importancia de contar con un seguro para amparar riesgos catastróficos, tanto por el alto impacto que puede producir en su patrimonio como en la continuidad de su negocio”, afirmó el ejecutivo.
Los diferenciadores de AIG
AIG cuenta con un centro de excelencia ubicado en la India y un equipo de expertos para ofrecer servicios de prevención de pérdidas específicas, lo que hace que el precio de cada seguro sea el más adecuado y el más justo.
“El centro de excelencia está dedicado a actualizar modelos actuariales y de probabilidad, con lo que las acumulaciones de riesgos al interior de la compañía estén bien monitoreadas y no se asuman más riesgos de los que se pueden enfrentar. Desde luego, todos los seguros emitidos en el país se ciñen a las especificaciones de la nota técnica de la póliza”, explicó.
AIG cuenta con la experiencia de todo un equipo de especialistas que, principalmente en el seguro de construcción, intervienen con asesoría si identifican alguna debilidad en el proceso constructivo. “En el seguro de construcción, dado que en ese caso sí es posible intervenir todavía en el proceso de edificación, nuestros ingenieros dan consejo a los asegurados para, si detectamos un punto débil, recomendar cambios con base en normas mundiales”, añadió.
Las primas directas en México en la categoría de daños, sin contar a automóviles, que incluye afectaciones a la propiedad industrial, provocadas por terremotos, incendios, inundaciones, entre otros, sumaron entre las aseguradoras la cantidad de $47 mil 631 millones de pesos al primer semestre del año y fueron el 18 por ciento del total de primas directas colocadas en el mercado, según datos de la Asociación Mexicana de la Instituciones de Seguros (AMIS). (1) En total el sector reportó a junio pasado un total 269 mil 617 millones de pesos en primas directas, un incremento de 8 por ciento respecto al mismo período del año anterior.