México es una nación de contrastes, rica en cultura, historia, tradiciones, costumbres y bellezas naturales. Uno de los matices primordiales que constituyen su personalidad y la enriquecen, es la percepción que se tiene sobre diversos temas como: la vida, la muerte y las usanzas que giran en torno a esto. Tal es el caso de la celebración de “Día de los Muertos”, una de las expresiones culturales más antiguas, emblemáticas y coloridas de los mexicanos, celebrada con singular sentimiento en Oaxaca, estado en donde sus pobladores se atavían de folclore y nostalgia para evocar con leyendas, fábulas, recuerdos, cantos, costumbres y altares a sus difuntos.
El “Día de Muertos” o “Conmemoración de los Fieles Difuntos” es una festividad que se lleva a cabo en Oaxaca desde tiempos prehispánicos. Sus habitantes no permanecen indiferentes a tan arraigada práctica y tienen la creencia popular que las almas que ya han partido de este mundo, regresan para “convivir” con ellos e iluminarlos con su manto de protección los días 1 y 2 de noviembre.
En las ocho regiones del estado de Oaxaca, sus calles se visten de magia, texturas, colores, sabores y olores a mediados del mes de octubre, para recordar a los que ya no están con nosotros. La magna celebración inicia con especial emoción en los mercados con la compra de los productos que solían disfrutar en vida los difuntos y que sus familiares colocan en un altar de muertos en su honor. Es así como la flor de cempasúchil (uno de los elementos principales y que cuyos pétalos sirven de guía para indicarles el camino a su hogar), el pan de muerto, los totopos, el papel picado, el mole negro, los tejocotes, las calaveras de azúcar, los cirios morados (como señal de duelo), las veladoras, el chocolate y hasta los mezcalitos; son algunos de los elementos utilizados para decorar y embellecer las tradicionales ofrendas de El “Día de Muertos” como símbolo de respeto.
La diseñadora Ileana Rojas toma como fuente de inspiración los elementos naturales y el colorido de esta celebración tradicional, como la belleza de los altares oaxaqueños, para presentar una colección que incluye diversas piezas de joyería de especial colorido. La consumidora amante de las tendencias podrá encontrar en la colección “Catrinas” atractivos diseños, fabricados en plata, plata dorada y ónix que comunican clase y tradición. Asimismo, otros elaborados en madera y pintados a mano, con detallada precisión por los artesanos oaxaqueños, que expresan alegría a través de una paleta de tonalidades destellantes como: azul, amarillo, naranja, rojo, verde y morado.
En la colección “Catrinas”, las amantes de la moda, como ‘must have’ encontrarán piezas que incorporan en su diseño, detalles de turquesa, circonias, granate y cristales Swarovski.
Para la diseñadora Ileana Rojas, su colección atemporal “Catrinas” que introduce diversas propuestas como: pulseras, aretes y collares, evoca un recuerdo de respeto para aquellos que ya no están físicamente, pero que viven en la memoria y los corazones de sus familiares a través de sus enseñanzas, amor, ejemplos y valores.
La fuerza de un corazón…
Ileana Rojas es la diseñadora master de la empresa oaxaqueña de proyección mundial Oro de Monte Albán. Creo su firma de joyería (la cual como emblema luce un corazón y el colorido de los alebrijes) con la misión de transmitir un sentimiento de esperanza y fuerza sobre las vivencias de conflicto e incertidumbre que vivió el estado de Oaxaca, y poder continuar generando trabajo a los artesanos de su comunidad.