Transacciones a distancia en tiempo real, pagos desde móviles, transferencias de dinero que nunca vimos en efectivo… son sólo algunas de las maravillas que Internet, cuyo día se celebra este 18 de mayo en México, ha favorecido gracias al avance de la tecnología y la cultura digital.
Sin embargo, esto no siempre fue así. ¿Sabías que hace cientos de años el cacao, las cuentas de jade o mantas de algodón eran utilizados por los pueblos prehispánicos como forma de pago? Tiempo después este “dinero” se convirtió en monedas de metal – más resistentes al deterioro del transporte y el tiempo – y en billetes, los cuales al día de hoy se usan como dinero físico.
La revolución hacia los pagos digitales empezó con la primera tarjeta bancaria, la cual curiosamente no fue de débito, sino de crédito. Este hito corresponde a la tarjeta Diners Club, creada por Frank McNamara en 1950, quien concibió la idea de una forma de pago en diversos restaurantes de Nueva York a raíz de que se le olvidara el efectivo para pagar una cena con unos amigos banqueros. En 1967, John Sheperd-Barron consiguió inaugurar en Barclays Bank en Londres el primer cajero automático en el cual se ingresa el PIN. Tan sólo cinco años después, esta tecnología llegó a México y, por ende, a América Latina.
Ahora bien, la verdadera transformación en la forma de intercambiar bienes y servicios se dio cuando se dejó de pensar que los recursos financieros necesitaran ser representados de alguna manera tangible en el mundo físico.
En 1998, PayPal (en ese entonces, Confinity) surgió como el agente disruptivo en el ecosistema digital y financiero. Curiosamente, sus creadores pensaron primero en móvil: la propuesta original era utilizar sólo lectores Palm como carteras digitales, pero, ante las vastas oportunidades que ofrecía Internet, decidieron extender los pagos online a todo aquel con una cuenta de correo electrónico a través de múltiples dispositivos.
De esta manera, PayPal permite hoy en día a 165 millones de usuarios en 203 países realizar compras seguras y rápidas en línea, efectuar pagos a negocios en su localidad o del otro lado del mundo en 26 diferentes monedas, aprovechar meses sin intereses en tiendas en línea, entre otros beneficios.
Con el paso de los años, la confianza de los usuarios en el pago electrónico que ofrece PayPal ha seguido creciendo por su facilidad de uso, inmediatez y seguridad, ya que se mantiene vigente la firme política de nunca compartir los datos financieros de los clientes con los comercios, lo cual provee de seguridad a las transacciones en Internet a través de este medio de pago.
Así mismo, PayPal se ha encontrado muchas veces a la vanguardia de las innovaciones en Internet. Por ejemplo, en 2001 se desarrolló el primer CAPTCHA, un sistema de reconocimiento con una imagen fija cuyos números y letras las personas deben identificar, el cual sirve para verificar que “no se es un robot” en línea y evitar fraudes. Actualmente, ya es utilizado por la mayoría de sitios web como medida de seguridad. Igualmente, en 2010 se lanzó la aplicación para pagos desde smartphones en Estados Unidos, lo cual ha posibilitado efectuar transacciones en cualquier momento y lugar.
El principal objetivo de estos logros ha sido facilitar la vida de la gente, al reducir los momentos perdidos en el tráfico, las filas, los trámites y las distancias, e incrementar las oportunidades para encontrar el producto o servicio deseado, sin importar su ubicación.
PayPal llegó a México en 2010, y desde entonces ya es parte de las plataformas de Internet imprescindibles en la vida de los usuarios en nuestro país, quienes ahora son capaces de olvidar la cartera en casa, pero no su teléfono inteligente, o de permanecer conectados a la red por un tiempo aproximado de más de 5 horas y media por día, de acuerdo con AMIPCI.
En el mundo, uno de cada seis dólares gastados a través de Internet corresponde a una transacción mediante PayPal, y son más de 600 millones de dólares al día los que procesa este método de pago, 20% de ellos desde un dispositivo móvil. Y este es sólo el primer paso.
En el futuro, los usuarios de teléfonos inteligentes esperan emplear estos equipos para pagar en la caja registradora y ordenar por adelantado café o alimentos. Las posibilidades son ilimitadas. Y a ti, ¿cómo te ha cambiado la vida la evolución de los pagos gracias a Internet?