Es innegable el enorme potencial productivo que pueden aportar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a las distintas empresas y establecimientos comerciales de nuestro país. Tareas que anteriormente hubieran requerido de periodos de tiempo prolongados y un alto gasto de recursos, pueden hoy en día ser realizadas de modo inmediato y eficiente con el apoyo de un dispositivo y una conexión a internet.
El acceso a la red permite a una empresa tener acceso ubicuo y permanente a distintas fuentes de datos, aumentar la productividad de sus empleados y agilizar sus procesos de comunicación, entre otros beneficios. Asimismo, abre las puertas para acceder a una amplia gama de servicios como por ejemplo, la operación en la nube o el acceso a nuevos medios publicitarios, a la vez que facilita la interacción con sus clientes por medio de sistemas de atención personalizada o incluso a través de redes sociales.
En el caso de México, actualmente existen más de 4 millones de establecimientos o negocios, entre los cuales 95% se encuentran compuestos por menos de 11 personas, 4% son pequeños establecimientos que emplean entre 11 y 50 personas, y cerca de 1% corresponde a compañías con más de 50 trabajadores. Entre el total de establecimientos en el país, únicamente 21.9% utilizan equipo de cómputo para el desempeño de sus actividades y menos de 20% cuentan con acceso a internet.
Como se puede observar en la gráfica anterior, existe una correlación positiva entre el tamaño de empresa y el uso de Internet para sus labores. De este modo, únicamente 15.8% de las microempresas con menos de 11 empleados utilizan internet, mientras que 77.8% de los establecimientos que emplean entre 11 y 50 personas tienen acceso a esta tecnología. Asimismo, una vez superada la barrera de los 51 empleados, más de 90% de las empresas consistentemente utilizan internet para el desempeño de sus labores.
Las diferencias existentes entre el porcentaje de empresas con acceso a internet entre organizaciones de distinto tamaño responden a dos factores principalmente: el tipo de actividad en el que se ocupa y la solvencia económica para recurrir al uso de insumos tecnológicos. Por ello, casi la totalidad de los grandes productores, dedicados a la oferta de servicios o productos en gran escala, utilizan la red como una herramienta básica en el desempeño de sus labores.
En el caso de los pequeños y medianos productores, la situación es más compleja puesto que existen más barreras para el acceso a la conectividad. Como primer escenario tenemos que la magnitud de su operación puede llegar a ser muy pequeña o bien, la actividad que realice sea tal que no requiera de la red para la realización de sus labores, como por ejemplo en el caso de locales de ventas al menudeo. Sin embargo, existen casos en que esta falta de acceso responde a la falta de alfabetización digital, lo cual puede llegar a mermar el crecimiento y la competitividad de estos negocios al no contar con acceso a este gran potencial productivo.
Por otro lado, esta brecha de conexión que se observa de acuerdo con el tamaño de los establecimientos, se encuentra también latente entre las distintas entidades federativas. En total 18.8% de las empresas a nivel nacional cuentan con conectividad, reflejando una evidente disparidad entre los niveles de conexión correspondientes a cada región. Esto resulta consistente con el grado de desarrollo económico y el tipo de actividades que se llevan a cabo en estas zonas, generando por ejemplo un alto contraste entre el norte y el sur del territorio.
En este sentido, destacan las regiones Norte, Centro y Oriente por contar con altos niveles de conectividad en sus empresas, por encima del promedio nacional. En estas zonas, caracterizadas por la presencia de grandes corporativos, establecimientos manufactureros y de servicios, se concentran 64 de cada 100 empresas que ocupan conectividad para sus labores a nivel nacional. Asimismo, estados como Nuevo León, Baja California y Baja California Sur se encuentran con un porcentaje de conectividad en empresas por encima del 30%.
Por otro lado, al sur del territorio existe una clara división entre ambos extremos geográficos. Mientras que en la zona Sureste se concentran 11.1% de las empresas con conectividad, en el Suroeste se ubican únicamente 4.7%. Esto puede deberse en gran parte a que la segunda región se caracteriza por una especialización en actividades relacionadas con la agricultura, en la que se encuentran algunos de los estados con menor conectividad a nivel empresas como lo son Guerrero y Oaxaca.
Si bien es cierto que no en todas las actividades económicas y niveles de las diferentes cadenas productivas es necesario contar con acceso a la red, debe destacarse que la utilización de esta tecnología puede generar enormes beneficios para las empresas en diversos sectores de la economía.
Por esta razón, las empresas que aún no se encuentran conectadas seguirán siendo propensas a desaprovechar una herramienta con potencial para aumentar su productividad, promover mayor crecimiento y competitividad para su negocio, poner a su disposición información de modo ubicuo y permanente, comunicarse de modo instantáneo a bajos costos y acceder a nuevos medios de interacción con sus clientes.
El conocimiento e identificación de estas estadísticas y disparidades de conectividad en empresas debe resultar en la reunión de esfuerzos públicos y privados, de mercado y de política pública, enfocados en materializar la democratización de Internet y de sus aplicaciones. El reto consiste en que todos los tipos de empresas y regiones del país puedan aprovechar al máximo este potencial económico de crecimiento y desarrollo.