Menos que viajar en primera clase, ni pensarlo; tomar algo que no sea champaña durante el vuelo, qué desperdicio; hospedarse en un hotel de menos de 5 estrellas, impensable. Así son ellos, los viajeros acostumbrados a viajar con todo el lujo y comodidades, porque si no, ¡para qué viajar!
Para los viajeros de lujo cada viaje tiene que ser superado por el anterior y es que a su regreso deberán pasar el reporte de lo que hicieron, en dónde comieron, el hotel en el que se hospedaron y hasta las compras que realizaron, a su exclusivo grupo de amistades.
Es el día de viajar y a los viajeros de lujo ya los está esperando su transporte para llevarlos al aeropuerto. Sin importar si es vuelo internacional o nacional, llegarán con tan sólo una hora de anticipación porque, por supuesto, hacen su check in en primera. Una vez pasado el engorroso trámite, se van directo al salón de viajeros frecuentes de su exclusiva tarjeta de crédito y en el avión hacia un destino internacional, de preferencia trasatlántico, obvio tienen internet para poder transmitir en tiempo real todas sus experiencias a través de las redes sociales.
El hotel categoría Gran Turismo que escogieron para esta ocasión no les quita el aliento; han visto tantos… pero bueno, no está mal. La terraza de la suite con vista a la plaza principal de la ciudad los espera con deliciosos bocadillos de bienvenida, a base de salmón, caviar, quesos franceses y probablemente una buena botella de vino.
Para los viajeros de lujo los paseos más importantes son los restaurantes de moda, las boutiques más exclusivas y los espectáculos más taquilleros que es donde pasan la mayor parte de su viaje. Con suerte y en esos sitios se encuentran con celebridades del ámbito social o de los espectáculos, lo que sin duda dará un plus a su viaje.
A su regreso tienen suerte si no les cobran sobrepeso, y si sí, no hay problema. No podían dejar de comprar la ropa y accesorios de última moda que los acompañarán en sus próximos eventos sociales.