El Presidente del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), Enrique Jacob Rocha, asistió a la presentación del estudio Emprendimiento Social que realizó la empresa consultora Ernst & Young (EY), donde propone los lineamientos para formular políticas públicas e iniciativas del sector privado, con el fin de fomentar el desarrollo de iniciativas empresariales orientadas a atender rezagos sociales bajo modelos de negocio autosustentables.
Las dificultades en el sector público para enfrentar los retos económicos, sociales y ambientales de los países abre en México una enorme oportunidad para la creación de modelos de emprendimiento social que contribuyan al bienestar de los ciudadanos, a través de iniciativas de negocio que atiendan rezagos en materia de educación, salud, alimentación, trabajo, vivienda, entre otros.
Durante su participación, Enrique Jacob Rocha, resaltó que México cuenta con un ecosistema propicio para impulsar un gran movimiento a favor del emprendimiento social y de entidades sin fines de lucro, dedicadas a la atención de problemáticas muy sentidas por la sociedad.
Señaló que el estudio de Emprendimiento Social en México se suma al esfuerzo de facilitar la formación y expansión de este tipo de emprendimientos. Así mismo, resaltó el compromiso del Gobierno de la República con los emprendedores sociales, prueba de ello la realización del Global Social Business Summit, principal foro a nivel mundial de negocios sociales celebrado en México, en noviembre del 2014.
“Debemos asumir el compromiso de favorecer el surgimiento de un mayor número de emprendedores y empresas con carácter social, pero también para lograr su autosuficiencia financiera y su crecimiento”, finalizó.
Este estudio se desprende de las conclusiones de las mesas de trabajo convocadas por el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) en las cuales participaron más de 100 actores del ecosistema del emprendimiento nacional como emprendedores sociales, inversores, incubadoras, aceleradoras, grandes empresas, universidades, certificadores, consultores, servidores públicos del Gobierno Federal, entre otros.
De él se desprenden nueve ejes para impulsar el crecimiento de negocios sociales en México:
1) Educar desde edades tempranas para sensibilizar sobre las necesidades de la sociedad, 2) Fortalecer el capital humano del emprendimiento social, 3) Fomentar la cultura del emprendimiento social. 4) Impulsar la innovación social, 5) Apoyar a las empresas sociales en el acceso a mercados, 6) Medir el impacto social y ambiental de estos negocios, 7) Asegurar fondeo adecuado, 8) Crear apoyos fiscales y regulatorios para promover el emprendimiento social, y 9) Profesionalizar el impacto social.
“El emprendimiento social es una fórmula de negocios que jugará un rol definitivo en el desarrollo económico, social y ambiental para el país pues las iniciativas del Gobierno Federal y la labor de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) no son suficientes para atender los desafíos que imponen los rezagos sociales en el país”, dijo Guadalupe Castañeda, líder del área Strategic Growth Markets de EY.
El documento hace especial énfasis en que las autoridades educativas deben iniciar el desarrollo de programas orientados a educar a niños y jóvenes estimulándolos en la resolución de problemas sociales y ambientales a través de iniciativas de emprendimiento y la innovación en ciencia y tecnología.
Guadalupe Castañeda destacó que la mayor inquietud de los emprendedores sociales en México es que no existe una figura de autoridad que mida o certifique el nivel de impacto social de sus modelos de negocio, que ofrezca incentivos fiscales y que desarrolle una simplificación administrativa para abrir o cerrar la empresa.
“Resulta clave que el sector público, por un lado, inicie el desarrollo de programas orientados a fomentar la innovación y la creatividad para resolver rezagos sociales, y por el otro ofrezca estímulos fiscales y facilidades administrativas para favorecer la constitución de empresas sociales”, comentó.
Esto sería un muy buen primer paso para cimentar la base de una verdadera política de desarrollo social en la cual Gobierno, ONGs y empresas sociales sustentables unan esfuerzos para reducir los rezagos sociales del país, concluyó.