En ocasiones, el exceso de trabajo es una fuente de estrés muy frecuente, una reacción natural del organismo que actúa como mecanismo de defensa para afrontar situaciones que se perciben como amenazas.
Sin embargo, cuando el estrés ya no se debe al exceso de trabajo, sino a las malas relaciones con los compañeros dentro y fuera de la empresa, al hostigamiento o intimidación continua, podemos estar frente al fenómeno de bullying laboral, mejor conocido como mobbing (en inglés asediar, acosar o acorralar). Esta violencia psicológica injustificada se da a través de actos hostiles, como el acoso laboral o moral, incluso las diferencias negativas entre un empleado u otro.
En 2013, el portal de empleo Trabajando.com realizó una encuesta a más de 3000 personas para conocer algunas cifras sobre el mobbing y encontró que el 62% de los trabajadores mexicanos ha sido víctima de violencia psicológica laboral entre los cuales, más de la mitad de los encuestados decidieron cambiar de empleo por esa situación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el “mobbing” como el comportamiento agresivo y amenazador de uno o más miembros de un grupo, hacia un individuo en el ambiente de trabajo. Este acoso tiene como objetivo producir miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador hasta que éste renuncie o sea despedido.
Cuando este tipo de hechos no es atendido a tiempo, puede producir situaciones psicológicas complejas en la persona, o incluso enfermedades provocadas por el estrés. En el caso de la mujer, se manifiesta especialmente a través de la ansiedad, obsesión, depresión y problemas de colitis o gastritis. En cambio, los hombres se somatizan en úlceras, problemas cardiovasculares y problemas sexuales.
Sin embargo, de acuerdo a la organización Workplace Bullying Institute de Estados Unidos, el mobbing no se aplica en el caso de una disputa entre dos iguales que están en desacuerdo acerca de un asunto, “no es la simple grosería”. Hay que aprender a diferenciar el mobbing o violencia psicológica continuada de un conflicto laboral aislado.
Según la OMS, para que se pueda llamar mobbing, deben darse cinco factores:
- Que no sea un suceso puntual y que al menos se prolongue seis meses.
- Que sea frecuente y suceda, como mínimo, una vez a la semana.
- Que exista una víctima concreta, es decir, que no sea simplemente una situación de mal ambiente laboral generalizado.
- Que el acoso perpetrado no sea consecuencia de la conducta de la víctima.
- Que el acosado no muestre un trastorno de personalidad previo con historial de conflictividad.
La propagación de rumores y los malos tratos, son eventos que afectan al buen clima laboral y que por consiguiente fomentan las malas relaciones laborales. Pero este escenario no sólo afecta a la persona, sino que también a la empresa en general, pues está comprobado que un trabajador acosado psicológicamente reduce su rendimiento y con esto, la productividad.
“Es muy importante que las empresas se preocupen de que no exista acoso laboral al interior de las compañías, así mismo que se trabaje el clima laboral con el fin de evitar situaciones de este tipo, ya que además de afectar directamente la productividad, el daño psicológico de un empleado acosado puede afectar su desarrollo profesional de por vida””, señala Margarita Chico, Directora Corporativa de Comunicación de Trabajando.com.
Chico agrega que “si constantemente eres víctima de conductas agresivas recurrentes lo mejor es enfrentar esta situación, aprender a identificar si en verdad se trata de violencia psicológica o sólo es un conflicto laboral y denunciarlo inmediatamente”.
Afortunadamente, cada vez más las empresas implementan programas internos para denunciar este tipo de problemáticas y existen instituciones que protegen los derechos de los trabajadores, como es el caso de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) que tiene la misión de asesorarte y, de ser necesario, representarte gratuitamente en juicio, además de proponer soluciones a los trabajadores y empleadores.