Uno de los mayores hallazgos del siglo XXI ha sido el descubrimiento de las células madre y de su potencial para revolucionar la manera de tratar diversas enfermedades, tal es el caso de la periodontitis, la cual es una infección bacteriana que ataca a la encía, hueso alveolar y ligamento periodontal que puede dar lugar a la pérdida gradual de los dientes y a las estructuras que los soportan, provocando que a la larga estos terminen cayéndose.
Dicha enfermedad se presenta por diversos factores, tales como son el tabaquismo, cambios hormonales en las mujeres, diabetes, genética, entre otros; manifestando ciertos síntomas que pueden resultar muy molestos para los pacientes, por ejemplo el mal aliento constante, encías rojas, inflamadas o que sangran, dolor al masticar y dientes sensibles.
Hoy en día existen diversos tratamientos que pueden ayudar a tratar la periodontitis, los cuales van desde realizar un raspado coronal o eliminación de placa, la utilización de antibióticos (mismos que sólo sirven como mecanismo de prevención), hasta métodos quirúrgicos, los cuales tienden a ser costosos e invasivos, representando para los pacientes la colocación de puentes, implantes y prótesis; mismo que a la larga pueden resultar incómodos y visiblemente no dar la apariencia de un diente natural.
Actualmente se han desarrollado diversas técnicas para tratar de regenerar los tejidos dentales, mismos que sufren un desgaste significativo por la periodontitis que llegan a sufrir, un ejemplo claro es la utilización de las Células Madre Mesenquimales, como las que se encuentran en los dientes de leche, que vinieron a revolucionar los tratamientos odontológicos, mismas que en un futuro no muy lejano podrán corregir malformaciones criticas de hueso y, también, crear encías sanas.
Para comprobar el beneficio y los resultados de las Células Madre Mesenquimales, en el Hospital San Gerardo en Italia, realizaron un estudios donde diversos pacientes que presentaban periodontitis avanzada, fueron sometidos a un tratamiento con dichas células, demostrando que tanto la encía como el hueso se pudo regenerar transcurridos 6 meses de haberse sometido al tratamiento; este tratamiento trajo diversas consecuencias positivas a los pacientes, ya que no volvieron a presentar sangrado en las encías, sensibilidad, inflamación, etc.2
Otro estudio realizado en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, ha demostrado que se pueden hacer dientes a partir de células madre mesenquimales. Los dientes son formados en una plataforma fuera de la boca, teniendo como tiempo aproximado de 9 semanas en empezarse a formar el diente junto con toda la estructura dental, pulpa, raíz, hueso y ligamento; una vez que el diente ya ha tomado su forma natural, se encuentra listo para ser puesto en la boca del paciente.3
Mientras tanto en la Universidad Federal de Sao Paulo, el Dr. Silvio Duailibi, realizó un estudio donde extrajo células madre obtenidas de los dientes de ratones de entre 3 y 6 días de vida; mismas que fueron cultivadas y sembradas en andamios biodegradables e implantadas en las mandíbulas de ratas adultas, estás se cultivaron durante 12 semanas y se observó claramente que se formaron pequeñas coronas de dientes con dentina, esmalte, pulpa y tejido del ligamento periodontal.4
“El gran avance de esta investigación fue la regeneración del diente dentro de la boca, ya que logramos hacer crecer el diente donde debe, en la mandíbula”, explica Silvio Duailibi.
Guardar las células madre de los dientes, cuando las personas son jóvenes, podrá ayudar a que en un futuro puedan utilizarlas para regenera dientes, encías, ligamento periodontal, etc; aunque no sólo eso, sino que también dichas células pueden ser utilizadas para regenerar músculos, piel, huesos, células cardiacas y células nerviosas, además de que pueden reparar el sistema inmune. Las Células Madre Dentales se encuentran principalmente en los 20 dientes de leche que se caen entre los 6 y los 12 años de edad, representando un seguro biológico para los pequeños y su familia directa.