El estado de la piel refleja cómo nos sentimos y durante periodos de estrés se producen desbalances hormonales que impiden que las células se regeneren normalmente, por lo que mientras más estresada se encuentre una persona, más posibilidades tiene de que su piel envejezca prematuramente. Una de las consecuencias del estrés es no dormir bien, lo que a la larga se reflejará en ojeras, ojos hinchados y cutis opaco.
Las situaciones estresantes se presentan a adiario y la acumulación de éstas, son capaces de agregar muchos años más al ADN de una persona, que los de su edad cronológica real, por ello, no hay un límite de edad para iniciar la prevención, ni para comenzar la reparación de los efectos del envejecimiento.
La Dra. Cecilia Arias, Dermatóloga y Dermato-oncóloga, mencionó que actualmente existen algunos tratamientos que sirven para prevenir y otros que sirven para corregir los daños causados por el estrés y por múltiples factores a la piel. Algunos de los preventivos y ya conocidos son el uso de protector solar y de cremas hidratantes y antiedad adecuadas a cada tipo de piel; en cuanto a los correctivos se encuentran las cremas antiedad, rellenos cutáneos, peelings medios o profundos y dermoabrasiones, entre otros.
La especialista especificó que uno de los tratamientos más solicitados por hombres y mujeres que cumple con funciones preventivas y que además corrige, es la aplicación de toxina botulínica tipo A, “el uso de la toxina botulínica tipo A de 500U retrasa la aparición de arrugas y conserva el aspecto joven de la piel, durante un periodo de tiempo más prolongado, esas son las razones por las cuáles sigue dentro de los tratamientos más solicitados”, afirmó la Dra. Cecilia.
Envejecer resulta inevitable, sin embargo, en la actualidad no sólo es posible contrarrestar las marcas que el estrés ha dejado en tu rostro, también es posible prevenir que éste factor siga haciendo de las suyas. Si decides realizarte algún procedimiento cosmético no olvides que éste debe ser valorado por un especialista en Dermatología, de acuerdo a las necesidades específicas de tu piel.