La era de disrupción que estamos viviendo es consecuencia de las nuevas soluciones tecnológicas que cada vez entregan más valor a la sociedad, las adoptamos rápidamente y cambiamos nuestro comportamiento. Con ello, y sin darnos cuenta, estamos cambiando las reglas de industrias como la automotriz con Tesla y la hotelera con Airbnb, entre otras. Además, hemos visto una prueba de lo que será la hiper-adopción e hiper-caducidad de las modas tecnológicas como el caso Pokémon Go, que fue usada y abandonada viralmente con la misma velocidad por decenas de millones de usuarios.
*Tiempo en que los productos tardaron en llegar a 50 millones de usuarios
En la industria financiera el ecosistema evoluciona rápidamente, las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, aprendizaje automático, chatbots, cloud computing, robo-advisory, entre otras que brotan de forma aislada en diferentes regiones, ya sea en banca o fintech, aportan beneficios locales y permiten ofrecer servicios de manera más eficiente y mejor que nunca, para así iniciar la carrera global de implementación. Obviamente, esto es una buena noticia ya que la industria financiera durante mucho tiempo se ha caracterizado por su baja velocidad de adopción en tecnología, ahora la automatización y la tecnología representan una oportunidad para aumentar la rentabilidad e incrementar la cartera de clientes.
Pero el modelo de negocio debe evolucionar al B2B (Business to Business) debido a que las nuevas tendencias, como la regulación PSD2 (Directiva de Servicios de Pago 2) en Europa, misma que entrará en vigor en 2018 y será la base legal para la apertura de datos de clientes y productos a través de todos los proveedores de servicios financieros de la Unión Europea, con esto se acelerará el aumento de fintech’s que proporcionarán a los clientes una visión integral de todas sus cuentas en las instituciones financieras, y así con esta información entregarán un diagnóstico real de su salud financiera, y no parcial como sucede el día de hoy.
Esto llevará a la transformación del panorama bancario para siempre ya que los clientes recibirán propuestas para mejorar su salud financiera de manera inmediata (desde cambiar un producto de un banco a otro hasta detectar pagos duplicados o promociones a la medida) con base en el comportamiento de su consumo. Además, existen otras tendencias que también están cambiando el panorama actual, como son las criptomonedas y la entrada de los gigantes como Google, Apple, Facebook y Amazon a la industria, ya que han mostrado algo de interés por el producto bancario y ofrecen una experiencia increíble a los clientes. El riesgo es latente y la consecuencia de los pilotos que ya tienen en el mercado podría terminar con productos y servicios de forma trasversal y a nivel global.
Por ello, los bancos deben mutar para convertirse en empresas tecnológicas, con una posición muy clara en cuanto a dónde se encuentran en la cadena de valor. Todo parece indicar que los bancos se convertirán en proveedores de componentes de servicios financieros altamente regulados por su naturaleza en préstamos, cuentas de ahorro e inversión, mientras que las relaciones con los clientes serán administradas por empresas en la que las personas confían toda su información personal (de cualquier índole) y sus datos de contexto para ser aconsejados en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el financiero.
La teoría es tan real que el gigante español BBVA está predicando con el ejemplo desde hace algunos años, participando activamente con fintech’s, con la exposición de sus productos y servicios en API Market y otras iniciativas como chatbots Facebook y WhatsApp son muestra de ello.