En el marco del reciente Tianguis Turístico Mazatlán 2018, que se llevó a cabo del 15 al 18 de abril en el Mazatlán International Center, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que México escaló del octavo al sexto sitio como el país más visitado en el mundo; pero también en términos de la contribución del sector de viajes y turismo a la economía, el país está en los primeros 10 lugares entre 185 naciones, según el World Travel & Tourism Council (WTTC).
La contribución total del sector de viajes y turismo en el producto interno bruto (PIB) de México fue de 185 mil 400 millones de dólares en 2017, equivalente al 16 por ciento del total, lo que ubica al país en el sitio 10 de 185. El primer sitio lo tiene Estados Unidos.
Los pronósticos para el sector en 2018 es que crezca tres por ciento y aumente su ritmo a 3.4 por ciento en 2028 para contribuir con el 17.9 por ciento del PIB nacional. En ese mismo año, el pronóstico del WTTC indica que la llegada de turistas internacionales alcanzará 58.6 millones desde los 40.9 millones estimados en 2018. (1)
“Ante este panorama de crecimiento para el país, el reto para las agencias de viajes es encontrar maneras de ser más relevantes para los viajeros, más allá de emitir boletos de avión y hacer reservaciones de hotel: aprovechar la era digital para construir ecosistemas que integren tours y actividades, personalizar el servicio y experiencia del cliente y, desde luego, contar con seguros que brinden protección tanto a los turistas como a las propias agencias”, comentó Emmanuel Jiménez, responsable de seguros de consumo de AIG Seguros México.
Los turistas en el mercado de viajes de placer, a diferencia de los viajeros de negocios, confían en la experiencia del agente de viajes y el conocimiento especial del crucero, hotel o resort o tours adicionales que están reservando. En esta situación, el agente de viajes está obligado a brindar un nivel de atención más alto al cliente y está en su propio interés tener un seguro para también estar protegido, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Abogados (American Bar Association).
Jiménez apuntó que, junto con la evolución de la industria turística y una oferta cada vez más especializada de servicios, el sector asegurador también se ha transformado y ha incorporado productos acordes con cada canal de distribución: pólizas específicas para viajes de placer o de trabajo, internacionales, nacionales, viajero frecuente, cruceros, ecoturismo, espectáculos deportivos, escolares, de grupo, etc.
“En AIG identificamos al pasajero y le ofrecemos puntualmente lo que está buscando. De esta forma podemos incluir coberturas como muerte accidental, gastos médicos, pérdida de equipaje, retrasos, amparos de responsabilidad civil, hospitalización, pagos directos, equipo electrónico, accidentes, entre otras. El producto se vuelve así más relevante y útil para cada viajero”, explicó.
“El conocimiento de los perfiles y comportamientos del consumidor se transforma en datos que nos permiten construir patrones de predicción e identificar perfiles para marketing y comunicación digital, por ejemplo. Asimismo, nos permite ofrecer el producto correcto a cada cliente. Queremos asegurar que cada oferta sea adecuada para el propósito –esto es, que cubra los riesgos que los clientes enfrentan según el tipo de viaje que harán– pero que tenga también flexibilidad para adaptarse a los deseos y necesidades particulares de cada viajero”.
“Hoy en día, una póliza de seguro y asistencia en viajes ayuda a enfrentar muchas eventualidades de muy diversas naturalezas. Es por ello que contamos con seguros tanto para los operadores turísticos como para los propios viajeros. Lo más importante, como en todos los seguros, es entender claramente las cláusulas del contrato de seguro con sus condiciones generales y, con esa base, adquirir la póliza que se ajusta a nuestras necesidades”, enfatizó Jiménez.