Cualquier paciente con diabetes es susceptible a tener problemas en la piel debido a los altos niveles de azúcar –o glucosa– en sangre; no obstante, la probabilidad de desarrollar lesiones o de contraer una infección aumenta en quienes no tienen control de la enfermedad, alertó la doctora Rosario García, integrante de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).
Y es que si no existe un buen control de la diabetes se pueden desarrollar complicaciones en varios órganos, incluyendo la piel, la cual puede resecarse, deshidratarse y volverse tan sensible que puede llegar a traumatizarse fácilmente causando heridas que tarden en sanar. “Aproximadamente 30% de los pacientes con diabetes presentan alguna manifestación cutánea a lo largo de su enfermedad”, explicó la especialista.
Una de las afecciones de la piel más frecuente es la dermopatía diabética, que predomina en hombres en el 70% de los casos y su incidencia se relaciona con la severidad y progresión de la diabetes.
La doctora García Salazar comentó que la dermopatía diabética se debe a la alteración de los vasos sanguíneos, se caracteriza por manchas rojizas que, con el tiempo, se vuelven más oscuras y pueden formar pequeñas costras. “No tienen consecuencias graves, se localizan en rodillas, tobillos, muslos o antebrazos; sin embargo, el control de la diabetes no impide su evolución”, añadió.
La piel de quienes viven con diabetes aloja con facilidad gérmenes y propicia el crecimiento de hongos, lo cual hace más fácil desarrollar infecciones por levaduras, como cándida. Una de las principales causas es no secar adecuadamente los pliegues de la piel ni entre los dedos de manos y pies, ya que la humedad y los altos niveles de azúcar en la sangre se vuelven el lugar ideal de alimento para estos organismos”, detalló la doctora García.
“Se presenta en genitales y pliegues –submamarios, axilares e inguinales–, tiene mayor incidencia en pacientes de edad avanzada con diabetes, que cursan con descontrol metabólico, regularmente padecen obesidad y es más frecuente en mujeres”, detalló.
Otra de las manifestaciones más comunes son las úlceras en las piernas, que son resultado de lesiones que el paciente no identificó oportunamente por la pérdida de sensibilidad ya que la diabetes daña los nervios y vasos sanguíneos de los pies.
Los pacientes con diabetes tienen de 12 a 25% más riesgo de desarrollar una úlcera en los pies durante su vida, porcentaje que se incrementa hasta el doble por cada década a partir de los 40 años de edad.
De no cuidar adecuadamente una úlcera, heridas o infecciones se pueden desarrollar problemas más graves, como la amputación. Según la OMS, 7 de cada 10 amputaciones de pierna se realizan a personas con diabetes.
“Por ello es importante revisar los pies todos los días, inspeccionar toda la pierna, los costados, las plantas de los pies, los talones y entre los dedos. Una vigilancia diaria de la piel en los pacientes con diabetes logra reducir consecuencias graves –como amputaciones– hasta en un 85 por ciento”, advirtió la especialista.
Los cuidados preventivos y el control de la diabetes son fundamentales para evitar manifestaciones en la piel. Ante cualquier cambio es importante consultar al dermatólogo, concluyó la doctora Rosario García, integrante de la FMD.