Cooperativas digitales, redistribución del ingreso de redes sociales, microayudas para artistas, productos de diseño biotecnológico, mercados culturales regionales y respuestas creativas a desastres naturales son sólo algunas de las innovaciones que podrían emerger en la próxima década, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Institute for the Future (IFTF).
El informe, El futuro de la economía naranja: Fórmulas creativas para mejorar vidas en América Latina y el Caribe, parte de la base de cinco motores de cambio a nivel global y proyecta su impacto en 10 ámbitos de innovación en las industrias creativas y culturales, o la economía naranja, como la designa el BID.
Las industrias creativas y culturales, que incluyen disciplinas como las artes visuales, la música, la moda, el diseño gráfico y los juegos digitales, en el 2015 generaron ingresos por US$124.000 millones y dieron empleo a más de 1,9 millones de personas en la región.
“¿Qué pasaría si pudiésemos aprovechar todo el potencial y el talento creativo de nuestra gente?”, preguntó Trinidad Zaldivar, jefa de la División de Asuntos Culturales, Solidaridad y Creatividad del BID. “Este informe es una invitación a explorar el futuro, no para formular predicciones exactas sino para estimular un diálogo en torno a nuevas ideas y oportunidades.”
El informe destaca que, mediante la adopción de avances tecnológicos rápidos en las redes sociales, la inteligencia artificial, el crowdfunding y otros modelos de negocios, los líderes creativos y culturales pueden ir más allá del estímulo a la creación del empleo y la riqueza, para “construir sociedades en donde vale la pena vivir – sociedades vibrantes, expresivas y felices”, dijo la directora ejecutiva del IFTF Marina Gorbis.