“El triángulo tecnológico conformado por la electrificación, la conducción autónoma y la conectividad está obligando a la industria automotriz a nivel global a reformularse cómo operaran nuestros vehículos en el futuro, y cómo haremos uso de ellos.
Si lo hacemos correctamente, la tecnología que se está desarrollando y probando actualmente contribuirá a un mundo en el que las personas se puedan trasladar de forma más eficiente, segura y limpia, a un menor costo y de diversas maneras. Esto podría mejorar la calidad de vida de millones de personas diariamente.
Tres factores principales están impulsando esta revolución tecnológica:
Crecimiento de la población: Se estima que para el año 2030, 60 por ciento de la población mundial vivirá en áreas metropolitanas con el aumento de las megaciudades – aquellas con más de 10 millones de personas. Eso significará más embotellamientos, contaminación y consumo de energía.
Cambio climático: Combatir el cambio climático es la misión principal de nuestra generación, particularmente de aquellos que trabajamos en la industria automotriz. Para ayudar a cumplir las metas establecidas en el acuerdo climático de París establecido en 2015, se han impulsado regulaciones más severas en cuestión de emisiones. Los trenes motrices avanzados, y en particular los vehículos eléctricos, pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.
Innovación acelerada: Estamos en una era de un rápido y gigantesco avance tecnológico, el cual está transformando los antiguos modelos de negocio y obligando a las industrias a reinventarse. La industria automotriz a nivel global no es la excepción; y espero ver más cambios en los próximos cinco años de los que ha habido en los últimos veinte.
En este sentido, la electrificación, la conducción autónoma y la conectividad, nos otorgan enormes oportunidades.
Los vehículos eléctricos ofrecen la manera más inmediata y accesible de reducir emisiones de CO2 y limpiar nuestro aire. En la actualidad estamos en un punto de inflexión en el que los vehículos eléctricos se están convirtiendo en una opción más viable para los conductores.
Los factores que contribuyen a ello incluyen una rápida reducción en los costos de las baterías, un rango de conducción mejorado y la expansión de la infraestructura de recarga. Además, los fabricantes de vehículos planean lanzar más autos eléctricos, generando así un mayor interés y demanda entre los consumidores.
Las ventas de vehículos eléctricos se incrementaron un 60 por ciento el año pasado, pasando de 50 mil unidades vendidas en 2011 a cerca de 450 mil. Aunque esto representa todavía un porcentaje pequeño en las ventas totales de vehículos, es una muestra de que se puede esperar un mayor crecimiento conforme más gente reconozca que un EV con cero emisiones puede ajustarse a sus necesidades.
De hecho, un estudio reciente publicado por McKinsey & Co. y Bloomberg New Energy Finance predice que los vehículos eléctricos acapararán dos tercios de todos los vehículos que estarán circulando en las calles para 2030 en las ciudades más densamente pobladas y con mayores ingresos a nivel mundial.
Igualmente, los vehículos también se están transformando en un transporte cada vez más conectado, inteligente y personal. Prácticamente se espera que todos los automóviles estén conectados a internet para 2025. Así como los teléfonos móviles se transformaron en smartphones por medio de una conexión a Internet, nuestros vehículos se están volviendo también más inteligentes.
Muchos automóviles ya están siendo equipados con aplicaciones que alertan del peligro y características de seguridad que dependen de la conectividad, la cual abre una amplia gama de servicios y características disponibles al interior del vehículo. Por ejemplo, los conductores serán capaces de pagar instantáneamente por cuotas de estacionamiento o carreteras por medio de un sencillo toque en la pantalla de su tablero de control.
Igualmente, se están introduciendo algunas características de conducción autónoma en los vehículos, y esta es una tendencia que continuará en los próximos años. En verano Nissan lanzó en Japón su nueva minivan de tamaño mediano conocida como Serena, la cual incluye un sistema opcional para utilizar conducción autónoma en un solo carril y en carreteras.
Cuando ésta se activa, un sofisticado sistema de sensores mantiene al vehículo en el centro de su carril por medio de la lectura de las líneas que dividen los carriles. Asimismo, también controla la dirección mientras maneja automáticamente la distancia entre el vehículo del conductor y el que se encuentra adelante.
La Alianza Renault-Nissan se ha comprometido a lanzar 10 modelos con tecnología de conducción autónoma para 2020. Los próximos pasos incluyen tecnología que permita la conducción en carretera en múltiples carriles, la cual también hará posibles los cambios de carril para 2018, y finalmente la conducción autónoma en tráfico urbano para 2020.
Tenemos planeado integrar esta tecnología en una gama de vehículos para el mercado masivo, no sólo en vehículos Premium. Esto es debido a que la tecnología de conducción autónoma promete hacer el manejo más seguro.
Haciendo una proyección más adelantada hacia el futuro, seremos capaces de producir vehículos que puedan operar de manera segura sin que siquiera exista un conductor. Imaginen el potencial que podrían tener los vehículos eléctricos sin conductor en las ciudades altamente congestionadas, con los llamados “robotaxis” proporcionando movilidad cuando se requiera en una forma mucho menos costosa, más eficiente y segura.
Los gobiernos jugarán un papel fundamental al facilitar el camino para el surgimiento de los vehículos sin conductor, por medio de la creación de regulaciones consistentes y claras, así como procedimientos de prueba para garantizar la seguridad. La Política Federal para Vehículos Automatizados publicada recientemente por el gobierno de los Estados Unidos es un buen comienzo.
Al prepararnos para este nuevo futuro, la Alianza Renault-Nissan está involucrándose en conversaciones, creando alianzas; participando en experimentos y pruebas con compañías de tecnología, emprendedores, proveedores de la industria automotriz tradicional, agencias del gobierno y otros actores involucrados en hacer de estas futuras tecnologías una realidad.
Este es un momento muy emocionante para la industria. La actual revolución tecnológica que estamos experimentando representa un giro sísmico en la forma cómo manejamos el transporte, resultando en algo que promete mejorar las vidas de millones de personas alrededor del mundo.”