De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se calcula que por cada 10 mil personas en el mundo, existen 21 con autismo y afecta con mayor frecuencia a los niños que a las niñas, ya que los varones tienen cuatro veces más probabilidades de presentarlo. En México se estima que hay alrededor de 45 mil niños con autismo.
Es por esto que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concientización sobre el Autismo para poner de relieve la necesidad de mejorar la calidad de vida de los niños y adultos autistas para que puedan tener una vida plena y digna.
Las investigaciones y protocolos que día a día realizan los médicos dedicados a las células madre del cordón y tejido umbilical han descubierto que esta terapia celular puede ayudar a las personas con autismo.
Estudios en diferentes partes del mundo, pero sobre todo en Estados Unidos han obtenido resultados alentadores al mejorar la irrigación de áreas dañadas en el cerebro y, por sus propiedades inmunológicas, de reducir la inflamación en el cerebro.
En nuestro país, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) ha desarrollado desde un par de años atrás, tratamientos con células madre para contrarrestar los efectos del autismo, los que hasta el momento han dado buenos resultados.
Las células madre que se utilizan para el tratamiento del autismo generan un efecto positivo en todos los órganos y sistemas corporales; sin embargo, el objetivo principal es mejorar el funcionamiento del cerebro.
En el autismo, las áreas cerebrales responsables de la memoria, concentración, atención y lenguaje sufren daños severos. Las células madre promueven la circulación sanguínea y de oxígeno hacia el cerebro, mejorando la perfusión, así como el reemplazo de neuronas dañadas y la formación de nuevos vasos.
Está comprobado que las células madre que se denominan mesenquimales son capaces de mejorar el sistema inmune y detienen la inflamación.
La estimulación mediada por células madre favorece la formación de nuevos vasos en los tejidos pobres en oxígeno, conduciendo a un aumento en la circulación de la sangre en los lóbulos frontales y en otras áreas del cerebro.
El uso de estas células en la medicina moderna ha permitido controlar enfermedades del miocardio, el traumatismo medular e incluso el mal de Parkinson.
“Cada vez más vemos como las familias mexicanas toman conciencia para la criopreservación de la sangre y del tejido del cordón umbilical dando una seguridad a sus hijos en el tratamiento de enfermedades”, comentó Julio Myslabodski, Director de Mercadotecnia de BCU, Banco de Cordón Umbilical.
Por ello, cada vez que se avanza en la ciencia, se da un paso más para contrarrestar enfermedades con el tratamiento de las células madre del cordón umbilical, por lo que se anima a cada familia a que no deje pasar la oportunidad de guardar la sangre del cordón umbilical de su bebé para asegurar su futuro.