“Si han leído algunos de los comentarios más recientes sobre la industria automotriz, pueden tener la impresión de que se encuentra en un largo, tormentoso y difícil momento.
Se ha hablado mucho sobre las ‘modificaciones’ y sobre nuevos competidores que prometen un nuevo acercamiento a lo que un vehículo puede llegar a ser.
Muchos de estos cambios son resultado del rápido surgimiento de nuevas tecnologías y ‘servicios de movilidad’ – los cuales se encuentran competiendo para establecer una nueva visión del futuro de nuestra industria.
Adicionalmente, estas tecnologías se están desarrollando a una velocidad inusual para nuestra industria.
Ya sea que hablemos sobre la conducción autónoma y las tecnologías de vehículos conectados, viajes compartidos (“car sharing”) o tecnologías alternativas de propulsión, la verdad es que nadie en la industria sabe con certeza cuáles se convertirán en las principales tendencias.
Las compañías pueden hacer algunas estimaciones y apuestas calculadas – y lo hemos hecho – pero al final, los consumidores decidirán qué tecnologías y planes de negocios sobrevivirán.
Así que el futuro no está claro. Los principales temas se enfocan en cómo serán estos potenciales cambio, con preguntas como:
- ¿Qué situaciones regulatorias emergerán?
- ¿Qué rol jugarán las compañías?
- ¿Cuáles de nuestras compañías tendrán éxito o fracasarán al enfrentar esta nueva oleada del cambio?
- ¿Qué empresa será capaz de actuar rápido y adaptarse al cambio en el panorama tecnológico?
No pretendo conocer todas las respuestas a estos cuestionamientos. Pero en lugar de temer al cambio, creo que nuestra industria no tiene más opción que aceptarlo.
Pienso que la industria automotriz a nivel global verá más cambios en los siguientes cinco años que en los últimos veinte. Y esos cambios traerán grandes oportunidades para esas compañías con la habilidad de anticiparlos para enfrentarlos.
En lugar de temer a los intereses de las compañías tecnológicas, veo benéfica esta nueva competencia para nuestra industria. Tenemos mucho que aprender los unos de los otros, lo cual es claro considerando todo el talento automotriz que han estado contratando.
Con esto dicho, a continuación comparto algunas reflexiones sobre cómo veo el horizonte de la industria en el largo plazo.
Cuando hablé por última vez en el desayuno del Auto Show de Nueva York en 2012, nuestra industria todavía estaba enfocada en el futuro de los vehículos eléctricos. Nissan justo había introducido el LEAF un año antes, vendiendo 30 mil unidades.
Desde entonces, la Alianza Renault-Nissan lidera la industria con más de 300 mil vehículos eléctricos vendidos a nivel global – no tantos como esperábamos, pero ciertamente es un gran inicio.
Aún más significativo es que, el día de hoy, casi todos los grandes fabricantes de vehículos, tienen ambiciosos proyectos en camino para nuevos vehículos eléctricos y otros vehículos cero emisiones. Está claro que llegaron para quedarse.
Hay muchas razones para ser optimistas sobre el futuro de los vehículos eléctricos.
Para enfrentar la amenaza del cambio climático, el mundo demanda que nuestra industria invierta más en transportación cero emisiones. Los gobiernos alrededor del mundo están imponiendo límites más estrictos en cuanto a las emisiones de CO2, y una de las más grandes respuestas ha sido la electrificación.
Más allá de la regulación ambiental, los vehículos eléctricos tienen mucho sentido. Éstos están compuestos por una batería y motores eléctricos. Requieren mucho menos servicio, no hay cambios de aceite y son extremadamente confiables.
Con las tecnologías de las baterías mejorando y la infraestructura de recarga en expansión en gran parte del mundo, estamos cerca de un punto de inflexión en el cual los vehículos eléctricos serán una de las principales opciones.
Existen otros cambios importantes desde 2012. En ese entonces nadie había hablado sobre los vehículos de conducción autónoma.
En enero, visité las oficinas de Investigación y Desarrollo de Nissan en Silicon Valley, California. Pasé gran parte del tiempo conduciendo por las calles de Sunnyvale – sin manos y con mis ojos fuera del camino.
Los vehículos de conducción autónoma que pueden cambiar de carril por sí mismos, transitar por calles y manejar en tránsito pesado, llegarán próximamente. De hecho, la Alianza Renault-Nissan lanzará por lo menos 10 modelos con muchas funciones de la conducción autónoma para el año 2020.
Estos vehículos estarán mucho más conectados que aquéllos que se encuentran hoy en las calles. Serán un espacio personal, una extensión de nosotros – como los teléfonos inteligentes lo son hoy en día.
Los vehículos eléctricos son la plataforma perfecta para el futuro de la conducción autónoma y la tecnología de los vehículos conectados.
La tendencia hacia vehículos más conectados también es importante para cumplir las expectativas de nuestros futuros clientes, aquéllos que están obteniendo sus licencias de conducir en estos días.
Los beneficios de los vehículos de conducción autónoma, altamente conectados, son claros: mantienen la promesa de hacer la conducción más segura, menos estresante, más eficiente y gratificante. Y, así como lo hicimos con nuestros vehículos eléctricos, la Alianza se enfocará en estos vehículos como el futuro al corazón del mercado masivo.
Con cada Auto Show Internacional, más empresas especializadas en la manufactura de vehículos están mostrando sus versiones y colocando sus apuestas en el futuro. Y eso es muy bueno.
Sí, hay una gran inversión. Sí, hay mucha incertidumbre. Pero no es tiempo para ser conservadores o precavidos.
Porque para aquéllos abiertos a nuevas ideas y a nuevas formas de hacer las cosas, las oportunidades para hacer crecer nuestra industria y atender mejor las necesidades de la sociedad, nunca habían sido tan grandes.
La incorporación de nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocios, no sólo significa nuevas oportunidades, últimamente ha significado un sistema de transportación más eficiente y seguro a un menor costo para la sociedad.
Tres fuerzas – electrificación, conducción autónoma y conectividad – están a punto de cambiar nuestra industria en formas que sólo comenzamos a imaginar.
Para mí, se siente como estar en el alba de una nueva primavera para la industria automotriz, y estoy muy emocionado por ver cómo se desenvuelva esta nueva era.”